Se quedó sin su Sombra.
Y el dolor de tan grande se le ha convertido en piedra.
Ya no sabe si duele, si espanta o si se vuelve
loca.
Echo de menos estar contigo y cubrir
con mi sangre tu corazón tan roto y destrozado.
Quiero volverme yerba que refresque tu
alma y la encandile
Que tanto dolor ya no se va llorando,
ni gritando, ni corriendo por esquinas y paredes.
Que no sirven palabras
Que no sirven tejados ni ventanas ni
arrumacos posibles.
Bien te agarró la Muerte por la
espalda, Amor, sin que te dieras cuenta y desvalidas se han quedado sin ti las
hijas de la luna.
Solas
Como en tinieblas
con esa tristeza sorda que atenaza la
vida y la estrangula
Es tan
grande la angustia, tanta la pena,
que el día se me nubla y no me quedan
fuerzas
ni para hundirme en la noche oscura
de tu ausencia.
Imagen: Rojo al agua, de Juanjo Mediavilla
Y de verdad se oye como la noche más oscura. Un poema muy fuerte. Encierra un dolor profundo No puedo decir nada solo reconocer la forma bella con que le cantas al dolor.
ResponderEliminarUn gran abrazo querida Tecla.
Besitos.
Estremece, sacude, encoge el corazón este poema. Otra noche oscura que nombra el dolor en palabras y, en este acto, lo conjura en cierto modo, quizá débilmente; pero sí consigue crear belleza, quizá un sustituto de la dicha, quizá un bálsamo para el corazón cansado.
ResponderEliminarDesolado y hermoso, querida Tecla, como un pájaro negro de Rilke.
Un beso.
Precioso, Un beso,
ResponderEliminarSensibilidad y delicadeza en tu blog, enhorabuena por el poema, muy bellos sentimientos.
Feliz semana.
"La noche más oscura", la de la eterna ausencia, la del dolor perpetúo...
ResponderEliminarHermoso y triste
Besos
Privilegio de Poetas hablarle de igual a igual a la Noche Más Oscura, poder tutearla y devolverle dolor por dolor.
ResponderEliminarMi valiente Poetisa, tu trabajo es muy bello y cala profundo. Te abrazo, como siempre, con todo cariño y agradecimiento.
Las sombras de las ausencias son de piedra...dura, fría...
ResponderEliminarbss
La ausencia es algo que a veces no cala los huesos.
ResponderEliminarBesos
Mala cosa es perder la sombra. Esperemos que la encuentre y que le haga buena compañía, Tecla.
ResponderEliminarSalu2.
Se siente desgarrador y a la vez te llena de sensaciones, cada palabra que viene a la mente que la interpreta es la palabra justa..
ResponderEliminarun abrazo mi querida amiga
Plumita, una muerte repentina de un padre y un esposo en una noche oscura del alma.
ResponderEliminarDuele mucho.
Mi querida Isabel, mentar a Rilke son palabras mayores.
ResponderEliminarPer que me producen satisfacción.
Se te agradece la visita, Amapola.
ResponderEliminarMi querida Trini, lo mejor de ti es que siempre te identificas con los sentimientos del poeta. Siempre los adivinas.
ResponderEliminarSusana, Susanita mía. Qué contenta me pone el saberte por aquí.
ResponderEliminarAlbricias, preciosa.
Ay con las ausencias, De Barro. Qué difícil sobrellevarlas.
ResponderEliminarY qué duras resultan cuando son para siempre.
Y hasta la médula del alma, Forbidden.
ResponderEliminarQue la vida nos libre de ellas.
Se le fue para siempre, Dyhego. Cayó al suelo de golpe, y ya está.
ResponderEliminarNo volvió a abrir los ojos.
¿Cómo se podrá superar algo así?
Qué bien que estés de vuelta, Oscar.
ResponderEliminarLlevabas muchos días sin aparecer.
Las piedras duelen
ResponderEliminarTaladran el alma y oscurecen hasta el negro Noches y Días
Triste, triste y profundo, Tecla
Abracicos
Solo sentí una vez esto que tan magistralmente cuentas hace 10 años, exactamente igual de desgarrador fue el dolor en aquel momento, pero pasó... los zarpazos que da la vida solo se curan con tiempo y agarrados a toso el amor que recibimos de quienes "parece" solo "parece" que se fueron... tengo suerte porque aunque hay momento que vuelve a doler casi siempre siento esa ausencia menos lejana y más presente mucho más día que noche..
ResponderEliminarUn beso preciosa que no te duela demasiado y si es así que pase pronto.. como los partos.. que la hora sea cortita ;)9
Tan triste como la misma muerte, Pilarica.
ResponderEliminarHasta que la vida vuelve a despertar y la luz se hace nuevamente.
No nos queda otra, Pili Maria Pilar.
No ha sido a mi a quien le ha pasado, María, sino a un familiar. Me duele. Pero se ha de reconocer que no es lo mismo.
ResponderEliminarCreo que el dolor por las ausencias nos dura hasta que los integramos dentro de nosotros, y a partir de ahí, estos seres queridos nos hacen compañía.
Y hasta nos enriquecen y nos hacen sentir menos solos.
Qué tremendo dolor, Tecla, cómo has captado esa desolación, ese desgarro que produce la ausencia definitiva de quien amas.
ResponderEliminarNo hay consuelo posible, hay que pasar el duelo "ni tejados ni ventanas ni arrumacos", Tecla.
El paso del tiempo remienda el desgarro y se puede sobrevivir con la cicatriz.
Me has conmovido, Tecla.
Un abrazo,
Tecla:
ResponderEliminarNo lo había tomado como la pérdida de alguien querido. Ahora que lo sé, el poema cobra otra dimensión.
Efectivamente, de algo así no se puedo uno recuperar, sino convivir con la pena.
Salu2 y perdón por mi torpeza.
en la noche más oscura, se siente todo con ese dolor que tú reflejas.
ResponderEliminarTecla, antes de despedirme quiero que sepas que siento haber herido tu sensibilidad con mi micro, pero como te digo en mi blog, precisamente lo hice. <Porque a veces debemos zarandearnos los unos a los otros y los niños es lo m´s desprestigiado que hay hoy en dí en la entidades y gobernantes. Se los comen de otra manera, porque los encamienn al avismo, por desgracia y ha sido una manera de dar desahogar mi rabia. Nos cuentan una historia y luego como en mi micro, todo se les van de la manos, no sé si adrede o no, pero ya no me creo que muchas cosas no se hagan adrede.
Besicos muchos y espero que no me abandones.
Tecla siento que andamos en sintonía, pero en este caso no me alegra, pues la muerte más bien duele.
ResponderEliminarSentí otra vez eclipsarse la sombra en el funeral.
Abrazos, querida alma.
Duele, duele mucho este poema.
ResponderEliminarEsa pena que de tan profunda no tiene consuelo. ¿Cómo combatirla?
Duele, duele mucho.
Un abrazo enorme, Tecla
Es verdaderamente muy conmovedor.
ResponderEliminarFuerte abrazo!
ResponderEliminarCuanta tristeza, cuanta ausencia y dolor.
Sin posible olvido.
Gracias, tecla, fue hermoso leerte.
Abrazos.
m.
Es muy trsite pero bello, Tecla, Un abrazo, amiga.
ResponderEliminarDe nuevo por tu casa, disfrutando de las cosas que nos dejas.
ResponderEliminarSaludos.
Tesa. Sentía intensamente cuanto estaba diciendo y aunque esta muerte no ha sido en mi casa, me ha dolido hasta el tuétano el sufrimiento de quien lo está padeciendo.
ResponderEliminarY haría cualquier cosa con tal de consolarla.
Aunque solo sea un poquito.
Te agradezco mucho que estés aquí.
Dyhego, yo me lo había tomado como que lo habías adivinado todo.
ResponderEliminarCada cual oye aquello que desea sentir.
Estoy muy contenta contigo.
Nani, en los tiempos que corren, la hipocresía campa por sus fueros y la falta de escrúpulos resulta realmente pavorosa.
ResponderEliminarCreo que debemos de decir lo que pensamos y sentimos sin subterfugios ni medias tintas.
Los muy miserables se meten con el aborto y luego les importa un pimiento que los niños se mueran de hambre y enfermedad.
Sepulcros blanqueados. Y eso hay que decirlo a la cara.
Porque los responsables van a la suya y no se dan por aludidos. Los muy cafres.
Tengo tanta rabia, Nani.
Nani, te agradeco de todo corazón que estés aquí.
ResponderEliminarPasaré por tu casa para sentir contigo lo que te haya ocurrido.
ResponderEliminarTu dolor me duele.
Y quiero que así sea.
Muchísimas gracias Alís. Me siento contigo mucho menos sola.
ResponderEliminarMe alegra que estés aquí, Sara.
ResponderEliminarMe parece que andas algo perdida.
Tengo que comprobar si te agregué cuando se me borraron los contactos.
El dolor por una pérdida es tremendo, raya lo insólito cuando nos pesca de improviso, nos desgarra el alma y con ella la vida, es cierto. Pero el tiempo atenúa la vigilia del desconsuelo y otorga la paz a través de versos tan sentidos.
ResponderEliminarUn beso enorme, querida Tecla, es un placer visitarte.
Gracias, Amapola. Un abrazo para ti también.
ResponderEliminarCuando termine mis respuestas paso a leerte.
Mi querido Hiperión.
ResponderEliminarNo sé porqué tendré esta sensación tan extraña de que no te has leído nunca mis poemas.
Si no llevo razón, me lo puedes reprochar si te apetece.
Un abrazo.
Liliana, estoy enormemente contenta de que estés aquí.
ResponderEliminarTe abrazo con toda mi vida.
Tecla a veces creo que la muerte solo deja vida , entendiendo por vida dolor en los que aman.
ResponderEliminarUn beso.
Así es Amapola. Todo dolor es vida y es energía.
ResponderEliminarSiempre he dicho que la muerte viene
ResponderEliminarasí de improviso y nos sorprende , sobretodo cuando aparentemente
nada hace presagiar su paso por la orilla cercana ...nuestra y de los otros
en ese sentir es que queda ese tremendo dolor ...
fulmina como la misma muerte
y se parece que uno no volverá a vivir ...todo lo que sabes hasta entonces se te cae y se despliegan las otras miradas...
pero es cierto, hay que vivirlo para sufrirlo
y siempre es importante
sentir en la empatia con aquel que llora
un abrazo grande!
Llevaba dos meses sin leerte. Dos meses sin chutarme tu palabra.
ResponderEliminarTodos los poemas que he leido me han encantado, que hondos, que puros, qué hirientes, que bellos. Tan auténticos como tú.
Gracias por estar siempre Teclamia, gracias por las alas.
Abrazos desde otro planeta
me duelo contigo
me escribo contigo
me leo contigo
Volverá a salir el sol, no te preocupes.
ResponderEliminarUn beso. Tecla.
Tan sorda que estrangula, tan desolada que quiebra... pero con tanta belleza que penetra.
ResponderEliminarProfundos versos que salen de la ausencia misma, esa que rasga el alma.
Un abrazo fuerte amiga
Ausencia profunda,sin retorno como la muerte,sin sombra, la amiga mas cercana.Cuando el dolor se instala en el alma solo el tiempo alivia.
ResponderEliminarHermoso mi querida Tecla.
Te abrazo emocionada.
Mi querida amiga Meulen. Tus comentarios están siempre llenos de sabiduría, es por eso que me producen esta sensación de paz y gozo cada vez que los leo.
ResponderEliminarUn abrazo grande, grande.
Lasinverso, los mismos meses que llevo yo sin chutarme la tuya.
ResponderEliminarTu sí que tienes el don de la palabra, con todas esas frases que me dices y que de tal forman me acarician.
En serio que me encanta cuando estás aquí.
Te leo y tus palabras me resultan un puro gozo para la mente.
Gracias por ser mi amiga.
Nunca pensé que me aceptaras.
Ya salió esta mañana, Amapola, y las flores cuyo nombre recreas acaban de repuntar entre la yerba.
ResponderEliminarGracias.
Tus palabras son sabias, Susana.
ResponderEliminarDebe de ser por eso que te elegí para leerte.
A ver si esta noche el tiempo me alcanza para poder hacerlo.
Qué alegría, América, encontrarte por esos espacios cibernéticos y enterarme de que por fin vuelves a estar aquí.
ResponderEliminarYo también te abrazo emocionada a ti sabiendo que me entiendes y comprendes.
La Verdad Verdadera es que eres tan buena amiga que tu te lo mereces todo.
Es muy triste, se ahogan las palabras en la garganta... unos versos con mucho sentimiento, Tecla.
ResponderEliminarUn abrazo
No hay consuelo ante una perdida cercana...
ResponderEliminarMuy conmovedor. La muerte nos deja, en un primer momento, completamente desarmados y desarbolados. Lo has expresado con mucha fuerza y belleza. Saludos cordiales.
ResponderEliminarUn desgarro eterno, querida Tecla. Me llevas a mis propias ausencias, esas infinitamente dolorosas que nunca se superan por más que el tiempo quiera engañarnos.
ResponderEliminarEs tristísimo y según te leo parece que ha sido un golpe brutal, repentino.
Lo siento, tesoro, un abrazo enorme enorme. Y lo más tierno posible.
Hermosísimo y profundamente triste.
ResponderEliminarBesos.
Y lo peor de esas sombras, es que las cargamos hasta nuestra propia muerte...
ResponderEliminarUn gran abrazo, mi Niña.