El día que me muera
dejaré de cumplir años
fin del trayecto.
Se acabó la fiesta.
Ya pasó todo
Ya se acabó
el dolor
las preguntas
la enfermedad
el dolor
la soledad
el olvido.
Fin de todo,
y volveré a nacer
de otra manera.
Como cristal, como hoja, como lirio o como vendaval
no importa cómo
pero no escogeré nada en lo que me vuelvan a preguntar tantas cosas que luego puedan volverse contra mi.
Ni mi carnet de identidad
ni mis hijos, ni mis novios, ni mis vestidos, ni mi cuenta corriente
ni nada de mi vida.
Tal vez no vuelva nunca
a encerrarme en un cuerpo que me tiene presa
y no se nada.
En el que solo puedo mirar por cinco ventanas
cinco.
Cinco dedos en mi mano derecha
cinco en mi izquierda
dos ojos para ver
dos pies para caminar
siendo tan grande el mundo
y tan torpes nosotros que pensamos que lo sabemos todo.
Más libre que el viento volveré a nacer yo
si es que nazco.
O tengo ganas de nacer.
¿Naceremos a la fuerza?
¿Alguien cogerá nuestro yo y lo encerrará en un cuerpo?
¿Será nacer igual que morir?