Quiero llorar por ti sin paliativos,
hermana, amiga, madre,
vida que me cuidaste desde que vine al
mundo.
Y regar con mis lágrimas
las rosas rojas que decoran tu tumba,
inundar de perfume tu soledad en paz
en noches de estrellas y silencio.
en noches de estrellas y silencio.
No quiero pensar en positivo.
Quiero sufrir tu ausencia porque ya no
estás conmigo,
coger el teléfono, llamarte, sentir que
ya no estás
y que mi corazón se parta
Necesito aprender a dialogar contigo
nuevamente
desde dentro de mi
y que Tú me correspondas
con esa voz de niña de inteligencia
fresca
por la que el tiempo no ha pasado.
Y cuando sea verano,
le pediré a los grillos que te canten
en las noches de luna
para que estés contenta y alejada
de este mundo tan cruel que semejantes
sinsabores nos procura.
Ambas nacimos entre higueras y granados,
del mismo vientre de barro y yerbabuena.
Hermana tan querida de mi alma.
Hermana mía.
Imagen: Michel Rauscher