Los ladrones de sueños
Se han roto los cuatro vientos
que han jaleado
la marea
y una cadencia libre de versos sueltos
se extiende alrededor de los cuatro jinetes del Apocalipsis.
-Cierra las ventanas y las puertas,
mujer, que todo lo que venga está por llegar.
-El vuelo de las brujas arpías se
aproxima.
Canta el gallo, se desangran las
conciencias y las heridas amenazan con volver a florecer.
-No llores
-No lloro,
las lenguas de fuego arden venenosas,
verdes, desangradas, de tanto delirio y tanta falsedad e hipocresía.
Que muera el centurión que quiere
sembrar sangre.
Que se caiga la vista de sus ojos
y no pueda soñar.
Que el alacrán le muerda las plantas de
los pies y las avispas no le dejen dormir ni a sol ni a sombra.
-No me digas que no puedo soñar. El mundo se mueve por los sueños.
-No lo digo por ti.
Quieren romper mi patria y mis espejos
y hacerme una extranjera de la tierra que piso y me ha parido.
Que sueñen sus sueños, si es que
quieren soñar.
Nunca jamás los míos
-Quiero saber donde se esconden los
ladrones de sueños, encontrarlos y plantarle cara a su osadía.
-Yo los encontraré.
Imagen: Loïc Allemand