Soy una luz que atraviesa la vida en un instante. Una estrella fugaz. La tecla de un piano en silencio que espera unos dedos que No existen para poder cantar. La sombra de la luna en las aceras.
lunes, 25 de enero de 2010
ARDERÉ JUNTO A TI
Arderé junto a ti
cuando me busquen tus arpegios soñando melodías en hora trasnochada
entre copas de alcohol y luna sorprendida
sudando entre nosotros
debatiendo locuras
en horca de suspiros
y lamentos.
miércoles, 13 de enero de 2010
CANTO A LA TIERRA
CANTO A LA TIERRA
Acaricié la Tierra y me sentí Tierra. Tu me querías.
Y yo me volví Tierra.
Cuidada, laborada sembrada
regada por la lluvia
fertilizada en mi
dentro
de mí misma.
Me amanecí en la Tierra y me sentí Tierra.
Tu me querías
y yo me volví Tierra
Parturienta perenne de flores y castaños
Labrada, arada, taladrada
Bombardeada
Herida.
Atravesada de caminos
y amaneceres constantes y perpetuos.
Me abracé a la Tierra, y me sentí Tierra. Tierra me hice.
Creadora de semillas.
Vida que se devora y vuelve a renacer en ella misma.
Transmutación constante en llanto de ríos que acaban siendo mar
y risa de cascadas
Arañada, devorada, penetrada.
Amada por la furia en mi vientre de fuego
para parir la hierba
y
los gemidos.
Clavé mis uñas en la Tierra y me sentí Tierra
Tierra me hice. Tierra me transmuté.
Tu
me querías
Y yo parí la lluvia
Me comulgué en la tierra con mis ojos cerrados.
Tierra me sentí. Tierra me hice
Volcán
abierto
Fuego derretido
Lava que se derrama en las laderas.
Acaricié a la Tierra y me sentí tierra. Tierra me convertí.
Tierra me hice
Témpano de hielo los cuchillos
fuego mis entrañas
calor de llamarada mi cintura.
Tu me querías.
yo
te quería
y me sembraste ya de anochecida.
Tierra soy
Imagen: Bastien Legape
lunes, 11 de enero de 2010
DILE QUE VENGA A VERME
Dile que venga a verme,
que tengo un canto de lirios prendido de mi falda,
y una canción de cuna esperando que vuelva.
Que ya en mi ventana se ha posado el pájaro perdido
diciendo que mañana será fiesta
y habrá candilejas en la plaza
saltos de mata
que alivien el jolgorio,
y un rosario de plata sin terminar de rezar, por si quiere pedirle algo a la Virgen.
Dile
que venga a verme,
que ya en mi escote está brillando su mirada,
y un collar de diamantes
le dará la bienvenida al entrar por mi puerta
para bebernos juntos
el agua cristalina del manantial
de los espejos .
Dile, dile que venga
Que mi piel está llorando
y no tengo pañuelos
ni abanicos
ni cantos de luna
ni
esperanza
Dile que venga
Dile,
dile que venga.
Imagen: Julio Romero de Torres
martes, 5 de enero de 2010
HOMEHAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
ELEGÍA
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería).
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
10 de enero de 1936
Miguel Hernández
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería).
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
10 de enero de 1936
Miguel Hernández
sábado, 2 de enero de 2010
CON EL VIENTO SOLANO
fui a buscarte
vestida
con el viento solano
que acaricia mis cumbres.
entra en mis valles
y colinas
explora mis humores
mis alientos.
Vestida con el viento solano
voy
calle abajo
bajo un sol de justicia
se hizo vendaval en la marea,
huracán en las marismas y en las orillas de mi sombra
fogonazo de pólvora mis besos
al filo de tu
boca.
Con el viento solano.
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