Canciones entre el alma y el esposo
Esposa¿A dónde te escondiste, amadoy me dejaste con gemido?Como el ciervo huiste,habiéndome herido;salí tras ti clamando, y eras ido.Pastores, los que fuerdesallá por las majadas al otero,si por ventura vierdesaquel que yo más quiero,decidle que adoleszco, peno y muero.Buscando mis amoresiré por esos montes y riberas,ni cogeré las floresni temeré las fieras,y pasaré los fuertes y fronteras.¡Oh bosques y espesuras,plantados por la mano del Amado,oh prado de verduras,de flores esmaltado,decid si por vosotros ha pasado!Respuesta de la CriaturasMil gracias derramandopasó por estos sotos con presura,y, yéndolos mirando,con sola su figuravestidos los dexó de su hermosura.Esposa¡Ay, quién podrá sanarme!Acaba de entregarte ya de vero,no quieras enviarmede hoy más ya mensajero,que no saben decirme lo que quiero.Y todos cuantos vagande ti me van mil gracias refiriendo,y todos más me llagany déxame muriendoun no sé qué que quedan balbuciendo.Mas ¿cómo perseveras,oh vida, no viviendo donde vivesy haciendo porque mueraslas flechas que recibesde lo que del Amado en ti concibes?¿Por qué, pues has llagadoa aqueste corazón, no lo sanaste?Y pues me lo has robado,¿por qué así lo dexastey no tomas el robo que robaste?Apaga mis enojos,pues que ninguno basta a deshacellos,y véante mis ojos,pues eres lumbre dellosy sólo par Ti quiero tenellos.Descubre tu presenciay mátame tu vista y hermosura;mira que la dolenciade amor, que no se curasino con la presencia y la figura.¡Oh cristalina fuente,si en esos tus semblantes plateadosformases de repentelos ojos deseadosque tengo en mis entrañas dibujados!Apártalos, Amado,que voy de vuelo.
San Juan de la Cruz
(1542-1591)
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