Un día Rita me pidió que posara para ella.
Le dije que no, que salgo muy mal en las fotografías, y Rita
se puso muy furiosa.
Rita hacía tiempo que quería ser yo, ya ves.
No tenía mis piernas, ni mi pelo, ni tan siquiera los zapatos.
Que eso, mira por donde, solo tenía que ir a comprarlos a la zapatería de la esquina.
Tampoco sabía hacer las cosas como yo las hago. Con mimo y con una necesidad interior de entregarme al otro con todos mis afanes.
Tampoco sabía hacer las cosas como yo las hago. Con mimo y con una necesidad interior de entregarme al otro con todos mis afanes.
Ella lo hacía por ego.
Y eso sí que se nota. Se puede copiar la forma, pero nunca
el yo de los demás. Nuestro propio yo es personal e intransferible.
El yo se forma desde la célula primordio origen de la vida,
combinado con la información que nos llega de fuera. Imposible sustituirlo por
otro.
Por eso no hay dos yoes iguales, y nadie piensa de la misma
manera.
Sí puede ser que nos habiten infinidad de seres. Al menos en
mí. Sé que soy muchas. Pero esta es otra historia que contaré algún día.
No posé para Rita.
Ni pienso hacerlo.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia
Fotografía: Luís San Andrés
sin duda hasta en los clones naturales la esencia es única y no se comparte, cada quien tiene lo suyo
ResponderEliminarsus propias experiencias y vivencias
aunque se vistan iguales ;)
la foto me encantó, esa bruma es mágica
abrazos
"Cada quien es cada cual" y, en uno mismo, muchos viven.
ResponderEliminarY si solo nos habita el ego, nos quedaremos solos con él, que es muy absorbente y no ve más allá de sus narices.
Un beso, querida Tecla.
Nada se repite, Elisa, aunque a veces lo parezca. La foto es de Verso a beso que es un artista en esto de la fotografía.
ResponderEliminarGracias por haber sido la primera.
Isabel, en un pueblo decían que cá uno es cá uno.
ResponderEliminarQué expresivo es el lenguaje de los pueblos y qué sabiduría natural tan encantadora.
¿Eres Rita?....
ResponderEliminarNoooooooooo.
ResponderEliminarGracias al cielo, entonces no poses para ella, y que ella cambie el lente por un vuelo a la materia.
ResponderEliminarBesos Tecla.
Haces bien. Rita o Juana son ellas y nunca serán nuestro yo, aunque ese "Yo" a veces seamos varias al mismo tiempo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Muchas veces, Tecla, con nuestras buenas intenciones, queremos apropiarnos de los demás.
ResponderEliminarSalu2 libres.
Yo tampoco lo haría ( posar ) y le regalaría unos zapatos como los mios si eso la hacía feliz...
ResponderEliminarLa foto preciosa
Besos
No poses para Rita hasta que se olvide de ti.
ResponderEliminarBesos Tecla.
Rita "la cantaora" no fue muy querida nunca...por algo sería, y no me extraña que te envidie ¡con lo que se te quiere a ti! :)
ResponderEliminarBss
Qué bueno, Sarco.
ResponderEliminarCreo que todos tenemos siempre alguna Rita a quien sobrellevar.
Así es Nani.
ResponderEliminar¿Cuantos serán los yos que nos habitan?
Eso es otra cosa, Dyhego. También nos comeríamos a nuestros niños en el afán de sentirlos más dentro.
ResponderEliminarOtra cosa es la suplantación o la aniquilación del yo del otro.
Es una decisión acertada, Pluvisca.
ResponderEliminarQué inteligente eres.
Eso haré, Pluma.
ResponderEliminarNo hay nada mejor que poner tiempo por medio.
Yo también te quiero a ti, Verso.
ResponderEliminarY más con sombrero de paja.
yo si poso, salgo igual desfavorecido
ResponderEliminarJajajajjajaj.
ResponderEliminarPues posa y no desperdicies la ocasión.
Que dicen que el hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso.
Gracias, Noel.
Eres como la Caja de Pandora, hermana.
ResponderEliminarLas diferencias entre nosotros, son exquisitamente humanas. Es importante desalentar la copia o la simple imitación, una lamentable pérdida de tiempo y energías.
ResponderEliminarAunque posaras para Rita, Querida Tecla, ella nunca conseguiría ser Vos, sin duda alguna.
Besos Querida Poetisa.
¡Que pose Rita!
ResponderEliminarAaaah, ya! ¿por eso te dispersaste en forma de niebla entre los árboles? estás bellísima ... se ve tu pelo enredado entre las ramas, tus zapatos, no ¿los perdiste mientras huías de Rita verdad TECLA? ¡¡lo tiene claro Rita para copiarte!! a ti, menos que a nadie.
ResponderEliminarMuaaaaaaaaksss !! preciosa
...Meeencaanta la fotografía
¿Sabes qué? yo creo que sí te ha fotografiado, se te ve:))
No sólo no debes posar para Rita, sino que debes huir de su envidias y celos, de su ira, y correr por ese bosque encantado de la imagen libre de malos rollos y lejos de "amigas" víricas.
ResponderEliminarTampoco posaría para Rita.
Un beso, Tecla
Haces bien en no posar para Rita.Solo busca ser tú,robarte tu personalidad...Y es que hay personas que no se han encontrado todavía,flotan en el vacío de la nada...
ResponderEliminarAbrazo Tecla.
Qué ganas tenía ya, Susana de echarte la vista encima.
ResponderEliminarLo que pasa es que cuando se pierde el hilo, no aparece la aguja y es entonces cuando no podemos hacer nada.
Qué remedio nos queda.
Espero encontrarte ahora ya mismo, pronto, aquí estás.
Loam, ea, que pose ella.
ResponderEliminarJajajajajj. Maríaaaaaa. Eres única. Como me gusta tu barroquismo de palabras. Ese aluvión que eres.
ResponderEliminarMe perderé en este bosque Tesa. Y tu vendrás. Y juntas compartiremos nuestros mundos mágicos. Impredecibles.
ResponderEliminarNo he conseguido borrar de mi mente el último poema que te he leído.
Ni quiero.
Jerónimo. qué sabias tus palabras.
ResponderEliminarCreo que siempre todos tenemos alguna Rita que nos pretende para ser ella.
El secreto está en cómo evitarla.
Guapísimaaaaaaaaa.
ResponderEliminarGracias, mil gracias por estar y seguir ahí, del otro ladito, siempre. Yo te agradezco muchísimo, en verdad, sos una sonrisa fija cada vez que escribo.
Me encantó tu post... atrevido si se quiere, juguetón, travieso, con drama y suspenso incluído... eso es genial.
Te mando un abrazo gigantezco. Se te quiere.
Yo sí que te quiero a ti, Natalia.
ResponderEliminarY no creas que es por pura generosidad.
Escribes tan bien que como podría resistirme.
Siempre me dejas fascinada.
Great ambiance....
ResponderEliminarPierre
Que nunca atrapen tu yo en una imagen. Insiste.
ResponderEliminarjajaja, cierto, podemos ser muchas pero nunca el mismo yo que siempre se revela, como tú al negarte a posar para Rita. Me encanta esa dualidad.
ResponderEliminarSaludos Tecla, tanto tiempo!
Hola Tecla.
ResponderEliminarSeguro que esta historia tiene mucho de ti aunque no seas exactamente Rita. Ser uno mismo es una tarea que nos llevará toda la vida y con una lucha constante por mantenerlo.
No concibo otra forma de vivir porque no podría soportar "vivir de otra manera".
La foto elegida es una preciosidad.
Un beso.
Fotografía Juanjo Mediavilla
Merci beaucoup, Pierre.
ResponderEliminarEso es imposible,l Mª Luisa.
ResponderEliminarLo que duele es el daño que te hacen al intentarlo.
Yo sé que tu lo sabes.
Me has dado una gran alegría al aparecer por aquí, Beatriz.
ResponderEliminarAprovecho la ocasión para agregarte.
Había perdido tu enlace.
Te agradezco mucho todo, Juanjo.
ResponderEliminarEsperaré la historia de otro día.
ResponderEliminarPreciosa tu foto de Luis.
Saludos y expresiones.
Piedra
Miguel Bueno, creo que te tengo alguna foto tuya fichada por ahí.
ResponderEliminarLa buscaré y te la mostraré.
El mundo es un pañuelo.
Me gusta mucho la manera como has desarrollado el juego de este relato. La personalidad es tan compleja, que somos todos dentro de uno mismo.
ResponderEliminarBesos.
La protagonista es sabia, Tecla. Cuando a un ser se le quita su esencia primigenia no puede volver a jugar a ser otras muchas que nacerán y morirán siempre que lo decida ella.
ResponderEliminarPara ser siempre una misma sólo nos pueden habitar los seres que decidamos nosotros, jamás una imagen virtual.
Un fuerte abrazo, querida Tecla.
Ni se te ocurra. Aunque con tu personalidad, ni Rita ni nadie podrían usurparte. Eres mucho, Tecla querida.
ResponderEliminarY estás muy inspirada.
(a no ser para Luis, fotógrafo fabuloso)
ResponderEliminarY bien que haces !!!
ResponderEliminarBienvenida, Sara. Me gusta el buen criterio con el que me haces tu comentario.
ResponderEliminarTe estoy agradecida.
Seguramente es así, Antonio. Pero aquí están y nadie me los moverá tanto como si quiero como si no.
ResponderEliminarJajajajjaj. Virgi. Qué bien sabemos tu y yo de qué hablamos.
ResponderEliminarJavier, me habría gustado que me dieras tu opinión al respecto.
ResponderEliminarUn abrazo.