En las orillas de la tarde
las madres,
juegan a ser lunas
junto al tobogán.
Din, dan, din dan.
La luna sale a la una
A las dos un caracol
A las tres,
–¿Qué quieres a las tres?
–Quiero arroz con canela,
con leche,
y con miel.
–Acaba de nacer la niña chica,
y ya se ríe.
–¿Y dónde está la niña chica
que la quiero en mis brazos?
–Yo soy esa niña, madre,
yo soy esa niña.
Imagen: S. Melgarexo
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Hola Tecla, evocadora imagen de letras y luces...la infancia coloreada..
ResponderEliminarGracias, buena tarde, besos de colores..
Me gustó, me regalo una sensación de alegría.
ResponderEliminarUn gran abrazo
La infancia, siempre la infancia, como medida de todo lo personal.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, D. Vito. Estoy encantada de encontrarte aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Soto.
ResponderEliminarTu pluma me da paz.
Gracias, Alfred,
ResponderEliminarNuestra infancia es nuestra Patria.
Letras cargadas de ternura infinita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué tierna!
ResponderEliminarQué ternura de entrada, querida tecla, y ese dibujo es bellísimo, lo encuentro perfecto.
ResponderEliminarUn deleite venir a disfrutar de tu arte.
Besos enormes.
MI amiguca linda!cuánto te echaba de menos!!
ResponderEliminarEL poema es un canto de colores,de ritmos lunares,de recuerdos mansos,inocentes..
Tu poema es MADRE y esa palabra casi no cabe de lo grande que es.
Me gustan los tonos que usas en tus cuadros.Dan calma,como las madres.
Besucos preciosa!!
Gó
La pintura habla por si misma, pero acompañada del poema el conjunto adquiere un sentimiento que traspasa la belleza.
ResponderEliminarGracias por compartirte :)))
Que preciosidad de poema.
ResponderEliminarTiene un aire a la poesía de Lorca.
Y la pintura... una maravilla.
Felicidades!!!
Besos.
Sí claro que eres esa niña !
ResponderEliminarpura ternura
yo nena es que era de subirme mas a los arboles que al tobogán :-)
gamberra que nació una
jaja
un besito Soco
artista de la mirada clara
Bellísimo canto a la niñez, mi preciosa tecla… Tierno y musical, y la pintura maravillosa…
ResponderEliminarUn verdadero placer, amiga…
Te dejo el enlace en donde afloran tus (nuestros) latidos…
http://paraisodeletras-blogueros.blogspot.com
Bsoss y cariños enormes, y muy feliz día 😘
cuánta evocación y ternura Tecla, felicidades :)
ResponderEliminarla pintura con esos tonos azules me gusta mucho ( es mi color favorito jejeje)
abrazos de sol
Qué linda pintura!!!
ResponderEliminarY qué recuerdos.....
Besos =)))
Hola Tecla.. Poema de niños, y pintura de niños, es una preciosa pintura, me encantan los tonos de color difuminado, no son colores vivos, pero dan vida..
ResponderEliminarUn abrazo..
Tracy, los niños siempre nos ofrecen su ternura.
ResponderEliminarUn beso.
Así son los niños, Rafael. Los reyes de la casa.
ResponderEliminarGracias, María. El deleite es mío.
ResponderEliminarBien que lo sabes.
Gracias, Gó, ternura eres tu y bien que la sabes dar, amiguca.
ResponderEliminarGracias a ti, Minimal, por la sensibilidad que nos demuestras.
ResponderEliminarTu sí que sabes bien querer a los niños.
Gracias por estar aquí, Toro. Siempre sabes estar a la altura.
ResponderEliminarYo también me he subido a los árboles, MaRía y no al tobogán, pero qué más da, la alegría y la felicidad que los niños nos procuran está por encima de toda consideración.
ResponderEliminarGracias Ginebra. Me quitas un peso de encima.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lichazul, también es mi color, aunque a veces depende. Peero sí. Me dominan los azules.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mejor son los recuerdos, Liliana.
ResponderEliminarY la pintura que nos los rememora.
Un beso.
Me gustan mucho los colores, y jugar con ellos. Son un ensueño para mi.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Es precioso el poema. Un placer leerte.
ResponderEliminarLleno de ternura destila luz.
Besos.
Hola Tecla, siempre ando regresando, mis vidas son un continuo regreso....
ResponderEliminarPasa buena noche, besos encandilados..
La acuarela que acompaña el poema es hermoso. Tu poema nos recuerda al niño que fuimos y aun late por dentro. El cual no debemos amarrar, sino dejarlo salir a jugar y sonreir. La ternura de ese niño aun respira por dentro tecla y eso es lo hermoso. Un abrazo
ResponderEliminarTodo ternura de tu pluma que dice, piensa y da vida a las letras.
ResponderEliminarAbrazote de miel
El final es de premio a la ternura...ayssss
ResponderEliminarY la pintura no le va a la zaga.
Magnífico combo.
Besos!
qué bonita canción has compuesto Tecla de mi corazón y esa pintura donde clavas las expresiones de los niños, su gestualidad en un momento de juego y distensión, qué belleza. Te abrazo con mucho cariño en aromas campestres de estío
ResponderEliminarLas tardes en el parque, tediosas a veces, otras veces fulgurantes, interminables tardes, que pasaron sin avisar, como una lotería que descubres que te ha tocado después de haber caducado el billete.
ResponderEliminarUn abrazo.
En las orillas de la tarde las madres juegan a ser lunas..
ResponderEliminarEsas palabras encierran toda la ternura de una madre. Es precioso Tecla.
Y la pintura, esos niños en el tobogan, su alegría, su despreocupación de todo.... el fruto de esa madre.
Un abrazo.
ResponderEliminarMMmmm qué bonito mi querida SOCO ! peroooo qué cosa más tierna y preciosa la que has escrito y pintado. Como una canción de cuna llena de luz y color con risa de niños.. pero no de una madre, no... de esa niña que tú tienes ahí dentro que se asoma con ojitos curiosos a contarnos estas cosas que vuelven desde lo más dulce de tu interior, con sabor a cosas ricas .. a golosinas de pequeñajos con caritas sonrientes felices mientras juegan en una vida que aun les espera para ser vivida.
Precioso cosa bonita!!! ; )
MmuaaaaaaaaksS!!
Gracias, Amapola. Espero que te encuentres bien.
ResponderEliminarEs bueno regresar, D. Vito. Volver al lugar donde ya vivimos y volver a vivir experiencias nuevas.
ResponderEliminarEres fantástico.
Nuestra patria y toda la base de nuestras vidas está en nuestra infancia, Demian.
ResponderEliminarAgradezco tu visita.
Me has manchado la blusa de miel, María del Rosario.
ResponderEliminarTen cuidado.
Un beso.
Mira que son ricos los niños, Carmen.
ResponderEliminarMe pasaría la vida pintándolos.
Gracias.
Los niños son como una isla de oro Carmela.
ResponderEliminarDa gloria pintarlos.
Y la infancia nos dura tan poco.
Gracias por ti, mi dulce Chusa.
ResponderEliminarEres profundo Xuan, y por eso te admiro.
ResponderEliminarNos damos cuenta de nuestra infancia cuando se ha pasado. Por eso nos aferramos a ella y nos acompaña siempre.
Un abrazo.
Ya ha llegado la alegría de nuestros blogs, María.
ResponderEliminarCuanto te echo de menos cuando faltas y nos dices estas cosas que tanto nos conmueven.
Eres un ser único y necesario.
Cielo mío.
Una poesía entrañable estimada
ResponderEliminardialoga con la belelza suprema que reside en cada abrazo , en cada regazo
en cada sonrisa que se extiende por los ojos
de esas mujeres que saben ser dadoras de vida
y sobretodo responsable
de ese rol en el camino de la vida
donando la belleza
y sobretodo el amor incondicional a su hijos e hijas
verlos jugar impulsa los latidos del corazón...
que se quisiera nunca crecieran...
mas se sabe
que en el corazón de un hijo e hija
vive eterna su madre.
te dejo un abrazo.
Con lo bonita que es la infancia!
ResponderEliminarNo sé por qué no puedo ver la imagen, y sí veo el resto.
ResponderEliminarAsí que vuelvo en otro rato a cantar con esas madres lunas y a conocer a esa niña chica que ya se ríe no más nacer.
Hasta luego, Soco, me has contagiado...
y me voy cantando...
"a la dos sale Pinocho tocando el tambor
con una cuchara y con un tenedor"
Muchos besos, artista.
Regreso "en las orillas de la tarde" y por fin puedo ver este rincon apacible y jubiloso que nos muestras.
ResponderEliminar"Din, dan, din dan"
Hermoso post.
Un abrazo,
La informática está loca, Tesa.
ResponderEliminarA veces nos juega malas pasadas.
Un abrazo.
Me has llevado al parque de mi infancia y me has cubierto de aromas y sensaciones, tecla.
ResponderEliminarPura ternura es este poema, que irremediablemente, como a la voz del poema, te lleva a renacer.
Abrazo, tecla.
Nuestra infancia nos acompaña siempre, Verónica.
ResponderEliminarBendita sea.
Jugar a ser luna, qué bonito juego.
ResponderEliminarUna delicia, Tecla.
Salu2.