miércoles, 11 de enero de 2017

La velocidad de los Ángeles


Serena es esta noche de luna estremecida.
Serenas las cigarras que solo hacen cantar.
Serena es una estatua de cristal y de hielo.
Serena está temblando.
Nadie sabe por qué.
*
–Camino en mi habitáculo tirado por ciento cuarenta caballos. Llevo conmigo  mis quimeras
–Te perderás en el espacio.
–Me siento como si caminara por el cielo.
Voy a la velocidad de los ángeles. 

–¿A qué velocidad corren los ángeles?
–No lo sé. Puede que a la velocidad de la luz.
–Los ángeles no corren. Ellos no tienen prisa, viven eternamente.
Para qué correr tanto.
–Los ángeles no necesitan la paciencia. Tampoco la impaciencia.
–Y tu por qué corres
–Porque temo morir.


Y no haber terminado.

Del poemario: Conversación con el Silencio.
Imagen de Román Garassuta

54 comentarios:

  1. Me han hecho sonreír con la fuerza de esos ciento cuarenta caballos. La sensación de velocidad es placentera, nos hace sentir como dioses, como si fuésemos los dueños de la vida.
    Salu2 angelicales, Tecla.

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  2. Qué suavidad en el aire. Parece que no te muevas, ciento ochenta a veces. Qué dulzura.
    Luego por la noche es cuando me entra el pánico.
    A buenas horas.

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  3. Una interesante reflexión la que encierra el final de este poema.

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  4. Me gusta tu poemario...
    Un abrazo y soñaré con "ese silencio..."

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  5. La velocidad es la importa con la que una caricia sale a navegar.

    Mi abrazo de luz

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  6. Hola Tecla.. Dicen que los Ángeles no tienen sexo, pero veo que tienen mucha velocidad, como no se aparecen cuando menos te lo esperas, lastima que también desaparecen inesperadamente..
    Un abrazo..

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  7. Los ángeles no corren, no tienen distancias, ni tiempo, ni sexo, ni nada que les haga semejantes a nosotros, pero te acompañan a llevar tus quimeras.
    Besos.

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  8. Gracias, Tracy.
    ¿Por qué será que corremos tanto?
    Un beso.

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  9. Gracias, Rafael, y a mi el tuyo.

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  10. Los Ángeles deben de tener mucho trabajo cuidando de nosotros.
    A veces no llegan a tiempo.
    Pero ahí están, creados por nuestra mente.
    Un abrazo.

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  11. Ese dulce calor y consuelo que los Ángeles creados por nosotros mismos nos procuran, Alfred.
    Igual sí que están ahí.
    Desde mi más tierna edad siempre tengo la dulce sensación de tener un Ángel a mi espalda.
    ¿La tendrán los niños de hoy en día?

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  12. Por eso son eternos los angeles , por tienen alas para subir al cielo.
    Y desde allí se ve toda la eternidad.

    Besos.
    Me gustó mucho.

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  13. El tiempo se nos escapa de las manos, es un hecho inexorable.

    Como la muerte.

    Por ello debemos llenar la vida de cosas, bellas siempre que podamos, como las entradas que nos regalas.

    Rápida o lentamente, todo tiene su ritmo, y el tiempo es un concepto relativo.

    Un beso, Tecla.

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  14. Es bello sentir que hay energía y deseos de correr, pero el miedo tiene que desaparecer, el día sera bello cuando todo termine, me encanto.
    Abrazo

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  15. Correr así seguro que es algo incomparable...
    en ese ir se podrá apreciar bien lo que late en la vida?

    viviremos los que nos toca ....en esa vorágine existimos

    besos de luz angelical!

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  16. Amapola azul, cuanto tiempo, gracias por estar aquí.
    Un abrazo.

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  17. Minimal, me caes bien por lo inteligente que eres.
    Es que da gusto leer tus entradas así que no te extrañe que mis comentarios reflejen el goce mental que nos produces.
    Un abrazo.

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  18. Me alegra que sientas dentro de ti lo mismo que siento yo dentro de mi.
    Será como dos almas gemelas que se encuentran.
    Y así lo siento yo, María del Rosario.

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  19. Gracias, Magdeli, celebro que tu también sientas dentro de ti esa sensación de vida y energía que produce el vértigo de la velocidad.
    Pero cuidadín.
    Que podemos despertar en el otro mundo.
    Y tenemos toda la eternidad para gozarlo..
    TQM

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  20. Supongo que morir con la sensación de dejarlo todo terminado debe ser un lujo que muy pocos pueden permitirse.
    Un abrazo.

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  21. Haber terminado o no haber terminado una vez que te has ido ya no tiene sentido, creo, Macondo.
    Pero corremos y corremos sin saber adónde.
    ¿Por qué correremos tanto?
    Misterio.

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  22. Será que por eso, insconscientemente, corramos tanto? Parece como si tuviéramos prisa por hacer todo a la vez, pero en la niñez no sucedia esto, ahora si que me dejaste pensando.

    Un placer leerte, mi preciosa, tecla.

    Un beso bien grande.

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  23. En nuestra niñez los días eran largos, largos y los minutos horas. Los años un siglo.
    Hasta que decidimos echarnos a correr, María. Entramos en una rueda que gira y gira sin parar, hasta que el corazón nos dice: PARA.
    Un beso mi linda María.

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  24. –Y tu por qué corres
    –Porque temo morir.


    Y no haber terminado.

    Esa es la razón de las prisas.

    Saludos

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  25. Estás en lo cierto, Karin. Gracias.
    Un abrazo.

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  26. Una excelente pregunta, esa, la de la velocidad de los ángeles.
    Creo que la de mi 'ángel de la guarda' era velocidad cero. Siempre estaba sentado a mi lado guardando las cuatro esquinitas de mi cama.
    Al final... todo corremos porque tememos morir y en esa loca carrera nos acercamos más y más a la muerte.
    Me encanta el poema y la ilustración elegida.

    un beso

    · LMA · & · CR ·

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  27. Me he sentido fuerte leyendo tu poema. Después de tanto tiempo es un lujo encontrarme con tanta vida. Un tremendo abrazo

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  28. La ilustración es preciosa y me gusta mucho el tema de tu escrito.
    Me gusta pensar que los ángeles corren, vaya que sí, necesitan hacerlo para llegar a nuestros descalabros... jajajjaja. Para ellos nuestra vida no es más que un soplo que se nos escapa de las manos, la velocidad es increíble.

    Tal vez lo bueno es que nunca habremos terminado.
    Un abrazo sincero y tranquilo.

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  29. En mi libro Lágrimas de Cocodrilo, hago un comentario sobre un poeta. Precioso poeta que parecía que corría para que no lo alcanzara la muerte. De cualquier forma, lo alcanzó. Pero corrió tanto que hizo grandes aportes con sus letras y su acción durante su vida.

    Lindo poema mi querida Tecla.

    Llego tarde pero llego. No he entrado mucho por Blogger pero cuando entro, veo a los amigos y llego a comentarles.

    Un fuerte abrazo amiga.

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  30. Un gran final.
    El miedo a no acabar
    lo que se ha comenzado.
    Los límites del tiempo,
    los límites de la supervivencia-

    Un biquiño Tecla.

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  31. Esta preciosidad tuya de letras mi querida SOCO es como un díptico, en la portada hay calma, serenidad suave en cambio en la contraportada ... todo lo contrario, prisas, ansiedad, carreras de caballos desbocados ¡¡ 140 nada menos !! y los tienes a todos en una habitación ... debe ser cuando te entra el pánico por algo... ( creo yo, no sé ; ) esos ángeles enloquecidos se te meten dentro y tiran de ti a la velocidad de la luz si que no haya forma de pararlos ... me ha sugerido algo así, pero mientras lo escribo estaba pensando que si son ángeles los que tiran de ti no pueden llevarte hacia ningún lugar desagradable ... sea como sea, has descrito magistralmente esa sensación de vértigo que tira de nosotros no sabemos hacia donde ... a ti, mi querida SOCO, si ves que te llevan los ángeles déjate pero solo para dar un paseo y volver a contárnoslo... les dices como los niños cuando dejan algo... ¡con vuelta ! eh? ; )


    Mil besos preciosa ... si u día con los ángeles baja Pegaso, sílbame que vengo y de paso que nos de una vuelta a las dos con sus alas poderosas ... MmmuaaaaaaaksS!


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  32. Qué bueno!!!
    Toda una reflexión versada con tu impronta.

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  33. Corremos,ñOCO. Y no sabemos el por qué. Siempre tenemos prisa, con lo pronto que llega mañana y lo podemos hacer mañana.
    Corremos con el coche porque queremos llegar antes, o por la impaciencia, por este gusanillo que se nos pone en el estómago.
    Y nos acercamos a la muerte: ¿Por qué?
    Esta vida es un mundo sin respuestas.
    Y por eso es tan emocionante.
    Me parece.
    Gracias por estar aquí.

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  34. Gracias Violeta, es cierto que hace tiempo que no nos encontrábamos.
    A ver ahora si ya vuelves.
    Un beso.

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  35. Gracias Raquel, me gusta tu comentario y me gustas tu.
    Te he estado investigando y creo que te tengo o te he tenido agregada en mi blog como Raqueladas pero he intentado agregarte de nuevo y no te acepta, debe de ser porque sigues en mi blog.
    Te he intentado agregar por el Google+ y tampoco me lo acepta.
    Ya me dirás algo. Estoy muy interesada en ti.
    Un abrazo.

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  36. Un fuerte abrazo Aída. A mi me gusta cuando estás aquí más que en los demás sitios.
    Aquí es como más íntimo.
    Gracias por visitarme.
    A ver si publicas algo o has publicado ya.
    Un beso.

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  37. Otro biquiño para ti, Marisa.
    Qué bonita eres.

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  38. Me gustan los contraste María, y los necesito. Necesito a veces cambiar de golpe. Hacer un quiebro a lo que estoy haciendo, como cuando le metes una pincelada al cuadro que aparentemente no tiene nada que ver pero que sin que nos lo propongamos lleva su intención.
    Creo que aquí lo que me ocurre es que ambos ambientes cogen fuerza entre ellos. Se contraponen y así ambos impactan.
    Despiertan el interés del lector.
    Una carrera a toda pastilla y vuelta a la placidez, para que la vida nos resulte menos aburrida.
    Me pasa lo mismo con otras actividades.

    Besos a montones, Terremoto mío.
    Tu sí que eres hechicera.

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  39. Gracias, Vero.
    Tú sí que sabes escribir.
    Un beso.

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  40. Que hermoso poema, tecla, corremos para apartarnos de la muerte sabiendo que corremos en su dirección.

    La velocidad de los ángeles es un título tan bello que es de por sí un verso.

    Si vuelves por el Almacén, he puesto un enlace en mi último post, que va a una revista donde me "desnudo" un poquito.

    Un abrazo, poeta.

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  41. El temor a la muerte es algo innato en el ser humano.
    Todo lo relacionado con la muerte siempre ha sido un tema tabú, de ahí que yo también le tenga miedo, pero, cuando llegue, estoy segura de que las dos nos fundiremos en un apretado abrazo y, siempre, por mucho que tarde en aparecer, tendré la sensación de que aún me quedan muchas cosas por hacer.
    No se te olvide de enviarme esa rica ensalada, la haré para ti.
    Cariños en abrazos.
    kasioles

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  42. Boa tarde, caminhar atravez do céu e escrever um lindo poema é maravilhoso, a linda imagem e belo poema estão em sintonia.
    AG

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  43. El temor a la muerte es inherente a todos los seres vivos y cada cual se defiende a su manera.
    Igual luego no es tan malo como nos pensamos, pues todo vuelve a nacer de alguna forma, Kasioles.
    Qué gusto me da que estés aquí.
    Te doy un abrazo muy grande.

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  44. Creo que sí, Antonio.
    Cómo me alegro si al fin disfrutas con lo que yo escribo tanto como gozo yo con lo que tu escribes, Antonio.

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  45. Tal vez no haber terminado sea la única manera de no morir.

    Eso suponiendo que de verdad tengamos interés en quedarnos aquí más tiempo del necesario.

    Un abrazo.

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  46. Claro que sí, mientras estemos haciendo algo que nos interese nos estamos sintiendo vivos.
    Es importante no desfallecer nunca.
    No hacer nada es un sin vivir.
    En fin.
    ¿Hace mucho frío por Galicia?
    Debe de ser una gozada.

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  47. Muy bonito tu poema , me gustan todos por lo que me quedo siguiendo tu blog, yo también tengo uno por lo que te invito a el, se llama " estoy entre paginas" un saludo..

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  48. Gracias por venir, Cristina.
    Te he agregado a mi lista de blogs.
    Bienvenida. Un abrazo.

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  49. Cada día vamos muriendo un poco y pareciera como si corriendo pudiesemos huir de la mayor certeza de todas, que la muerte nos espera.
    Con tanto correr nos perdemos en la velocidad.

    Mejor ir pausados y disfrutar de las pequeñas cosas que se nos presentan, que la vida ya corre ella sola.

    Un abrazo de otra insomne.

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  50. Buen comentario, Prozac, me ha encantado tu reflexión.
    Gracias.

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  51. Pues creo amiga...que yo no tengo miedo de cruzar al otro lado...

    se que el gozo será mayor ...en la energía del gran amor.

    gracias.

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  52. Tal vez no pasa nada,Magdeli.
    Y entramos en un aura blanca de felicidad como nunca jamás hayamos sentido.La energía de la vida en su estado más puro.
    Estamos tan acostumbrados al miedo que siempre nos pensamos lo peor.

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