-Me llamo Silencio. Se me han perdido las palabras.
El
viento las llevaba volando como palomas mensajeras, mientras repetían frases
desconocidas, inconexas, absurdas, olvidadas.
Andaban
como locas escapadas de mi.
Han
perdido los recuerdos y no saben como encontrarlos.
-¿Y
qué haremos ahora?
El
viento las llevaba buscando el gemido de aquel amanecer que se perdió en las dunas.
-Yo
soy ese gemido.
- Qué habrá sido del niño que dormía en un rosal sin espinas.
-Dentro de mi lo llevo.
-Quiero
hacerle una cuna de palabras.
-No sé si podrás. Te has quedado en Silencio.
-Me llamo Silencio, y vengo del desierto.
-Qué buscabas allí.
-Palabras dormidas en la arena.
-Nunca
las volverás a ver.
-No
necesito verlas, solo quiero sentirlas cantándole al silencio recuerdos perdidos
que quiero volver a vivir.
Me lloran las estrellas, me llora el día, me llora la mañana y solo tengo ganas de callar.
Me llamo Silencio........
muy parecido es , cuando estuve en pleno desierto de Atacama, el silencio, se hace palpable absolutamente
ResponderEliminarbuen fin de semana Socorro
Qué suerte tuviste Elisa de haber habitado esos espacios incomensurables .
ResponderEliminarCreo que si en alguna ocasión llego a encontrarme en un desierto sentiría mucho miedo a perderme y no me movería del sitio.
Con lo bonito que es.
Y sentir el Silencio debe de ser algo que no se pueda olvidar nunca.
Gracias por estar, Elisa.
Conmueve este silencio poético tan llenos de palabras, de buenas palabras.
ResponderEliminarLa verdad es que debe ser majestuoso sentir el silencio absoluto. Aunque creo que no debe darse, pues siempre habrá un leve movimiento del aire o cualquier otro movimiento, por mínimo que sea.
Estás en forma, querida Tecla.
Un besazo.
El silencio no se deja ver, pero siempre esta ahí a la orden de todo.
ResponderEliminarBesos!
Supongo que sí, que las palabras sueñan con el silencio y que no aciertan a nombrarlo y cuando aciertan se despiertan.
ResponderEliminarBesos silenciosos.
Bonitas las palabras del silencio.
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo sé, Isabel. Pero estoy, y eso es lo que importa.
ResponderEliminarEl Silencio con el que has conformado tu vestido de novia me ha dejado una sensación de placidez y de paz, Forbidden.
ResponderEliminarAhora me haces dudar, Xuan. Creo que más bien es el Silencio quien las busca. Te lo digo por la cantidad de veces que he trabajado en este tema.
ResponderEliminar"Me llamo Silencio y soy adivina""
"Me llamo Silencio y estoy llena de palabras"
"Me llamo Silencio y he perdido las palabras".
Gracias, Rafael: otro abrazo para ti.
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ResponderEliminarHola, tecla.
Las buenas obras sentimiento.
Gracias por su visita siempre te.
Le deseo todo lo mejor.
Un abrazo.
De Japón, ruma ❃
Hola Tecla, ¡Oye! Llámate como quieras menos Silencio. El silencio no dice nada y los gestos se pueden mal interpretar. Por favor, llámate como quiera, pero no Silencio.
ResponderEliminarBesos Tecla, Hermoso texto.
Hasta pronto querida amiga.
Conmovedor y hermoso este silencio que se hace oir....
ResponderEliminarBesos.
El silencio debe de residir en el desierto del alma. Sí, allí mismo, donde todo es erial.
ResponderEliminarMuy hermoso
Besos
El desierto calla, pero por las noches el cielo llora palabras, estrellas y gritos, y el desierto llora de soledd y frío.
ResponderEliminarBss
Exquisito poema, amiga Tecla. Hacer hablar al silencio, siempre mudo, siempre con las mismas notas silbantes entremezcladas con la arena del desierto, a punto de explotar en los labios que desean romperlo, el los oídos que esperan ansiosos escucharlo. Cuando esa quietud, ese silbo imperecedero cambie por un atribulado son, posiblemente, escucharemos todas las palabras que se evadieron de un tiempo pasado sin saber adonde ir, adonde romperse. Fascinante.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga Tecla.
Ruma, Ruma, ¿Cómo es que estás tan lejos? Yo te encontré el otro día confeccionando tu vestido de novia y en cambio ahora estás allí. Más allá mucho más allá que donde nace el sol.
ResponderEliminarNo te me pierdas. Me gusta lo que haces.
Aída, me llamo Silencio y nunca estoy callada, tiendo mis palabras al sol para que reluzcan en la noche y brillen cuando arribe la alborada.
ResponderEliminarTe quiero, Aída.
Me encantan tus paisajes, Maria Dolors.
ResponderEliminarBesos para ti De Barro. Y gracias por ese clavel que me regalaste el otro día.
ResponderEliminarhay Silencios que cantan Trini Reina. Silencios que lloran silencios que acompañan, que reconfortan, que comprenden, que duelen.
ResponderEliminarSilencios misteriosos, agresivos, acariciantes, sonrientes, compulsivos......
Vivo con el Silencio y necesito cantarlo y que se oiga.
Tu eres fascinante, Antonio.
ResponderEliminarGracias por tus palabras tan entrañables y sentidas.
Me pregunto en el Silencio adónde se habrán ido todas las palabras del mundo y luego de pronto explotan las palabras cual si fueran cabrillas escapando del corral.
-Que ya no hay corrales, Tecla.
-Qué sabrás tu de esas cosas, Antonio.
Un silencio que quiere palabras es un silencio niño, que ternura tecla.
ResponderEliminarEs lindo conocer al silencio.
Abrazos.
Beatriz, esta tarde me he retirado a mi blog para sentir el Silencio y huir de este mundo tan cruel que suena a rayos y truenos.
ResponderEliminarBendita seas por estar aquí.
Mil besos.
En mi reciente viaje al norte de mi país viajando en el desierto ...desolado...pero magno...vi los remolinos encumbrarse hasta el cielo...quizás allí se llevaban las palabras que aún nadie ha ´pronunciado...
ResponderEliminarsi me haces renacer el recuerdo de esos días grandiosos...
si vieras!! eso es magnífico...
te abrazo si!!
Cómo me gustaría ver contigo ese magnífico desierto.
ResponderEliminarSeguro que está lleno de vida oculta y de seres microscópicos que se devoran entre sí pero que resucitan de sí mismos, Meulen.
Qué alegría poder abrazarte después de tantos días.
A veces no existe palabra más preciosa que le silencio, nada habla ni dice más que él, solo que a mi, mi querida TECLA me cuesta muchísimo permanecer a su lado si soltarle algunas de las mil tonterías que se me ocurren, tantas como arenas tiene el silencio, a veces creo que estoy enferma de palabras, se me escapan quiera o no quiera, mis palabras no son palomas como las tuyas, las mías son gallinitas que lo picotena tofo al rededor:))
ResponderEliminarSolo deseo que te sonrían las estrellas, el día, la mañana y calles si lo deseas o hables si te apetece nada más que eso mi cielo.
es precioooso leer tus preciosos silencios desérticos frondosos en letras mil besos TECLA y
Muuuy feliz semana...cuajada de estrellas.
Arenas tiene el silencio no... jaja el desierto... perdón, ya sabes las carreras de siempre... a lo mejor por eso no puedo dejar de hablar.. las palabras van tan rápido en mi como yo corro con ellas fuera:))
ResponderEliminarMás y más besooossssssssss!!
Qué preciso es el silencio a veces, te trae paz. Aunque otras puede llegar a ser un arma terrible. Sobre todo cuando silencio es sinónimo de secreto, de ocultación.
ResponderEliminarUn bello canto al silencio. También tiene derecho a ser tenido en cuenta.
Un abrazo, Socorro.
Tus palabras, María, son como un enjambre de palomas mensajeras, como un ejército de palomas mensajeras, bandadas y más bandadas de palomas que surcan los cielos de mares y desiertos.
ResponderEliminarY junto a ellas el Silencio.
Porque no dejas hablar ni al Evangelio.
A ti te brotan las palabras como gotas de lluvia. Esas gotas de lluvia que aparecen en esas fotografías móviles que publicas tan llenas, tan intensas, son tus palabras que bajan del cielo como mariposas en manada.
Porque así es como siento tus palabras, María, como gotas de lluvia refrescantes que me alegran la vida como me hacen las mariposas.
Nunca me dejes de llover.
Bendigo la hora en que te leí y te envié un mensaje.
Un abrazo amiga.
Hay Silencios que cantan, Jerónimo. Silencios que expresan mucho más que las palabras. La palabra a veces confunde. El silencio clarifica.
ResponderEliminarHay silencios que duelen como llagas.
Silencios que reconfortan.
Silencios de muerte.
Silencios de vida y de placer.
Me ha encantado la imagen y lo escrito... Estupendo... Un beso desde Murcia...
ResponderEliminarTecla, sólo te diría "amén", porque este silencio me ha dejado muda, absolutamente sin palabras. Es precioso este poema, quizá de los que más me ha gustado leerte y mira que me gustan tus poemas.
ResponderEliminarBesicos muchos poeta.
Que magia la tuya haciendo un sueño del silencio!
ResponderEliminarMe calientan tus palabras vestidas de silencio. Perdón, Silencio..
Jo tecla! Hoy te has soltado con esta preciosa prosa poética. Realmente me ha emocionado. El desierto y su silencio que todavía recuerdo, fueron para mí determinantes en un momento en que mi vida era estrépito...
ResponderEliminarUn beso!
ResponderEliminarEl silencio son todas las palabras, o ninguna.
A veces decir sobra, y es mejor no decir que decir algo.
Otra veces se echa en falta lo que no se dice.
Así de complicado es el silencio, o lo somos nosotros.
Bueno, no divago más, perdón por este lapsus.
Encontraste las palabras necesarias para escribirlo hermoso, Tecla.
Gracias por la belleza y por tus palabras allá.
Te deseo un buen día
m.
Muchísimas gracias, Alp, por tu presencia.
ResponderEliminarNani, sabes que tu presencia es muy gratificante para mi.
ResponderEliminarUn beso.
Bienvenido a esta tu casa, José Joaquín. Dicen que al mundo lo mueven las palabras y cuando el silencio impera el mundo se vuelve como loco.
ResponderEliminar¿Será eso cierto?
Bienvenido a tu casa.
Mi querido Moderato. Debiste hacerle fotos a ese desierto del que hablas.
ResponderEliminarAunque me pienso que sí, que se las hiciste y si no, ¿De dónde ese paisaje de hielo de la portada de tu blog?
Espero poder gozar de tus fotos algún día.
Io, me encanta que divagues y que busques para poder hundirme en esa oscuridad de la ignorancia donde las palabras se tornan luz.
ResponderEliminarUn beso.
Una suerte oir el silencio de tus palabras.
ResponderEliminarLa mañana crece lentamente con tus letras, todo es luz en los recuerdos.
Expresiones
Piedra
Miguel, gracias por estar aquí. Estoy muy contenta con tus fotos. Quiero decirte que una de ellas la tengo publicada en la portada de mi página del Face.
ResponderEliminarEs fantástica. Cada vez me gusta más.
Es precioso y muy conmovedor. Porque el silencio es muy difícil de soportar, supongo. No sé que sería sin el más leve sonido, ni siquiera de naturaleza. O tal vez, sería tan placentero, que ya no querría volver a escuchar nunca.
ResponderEliminarAbrazo!
Sara, distingo entre el silencio interior y el silencio exterior.
ResponderEliminarEl silencio interior debe de ser insoportable.
Pero el silencio exterior nos lleva a la música del mundo interno de nuestro propio yo.
A menos que aparezcan los demonios. Que todo podría ser.
Debe de ser entonces cuando necesitamos los sonidos para no encontrarnos a solas con nosotros mismos.
Me parece a mi.
Contemplar una imagen así en silencio ¡que maravilla!. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Pilar.
ResponderEliminarYa te he buscado e investigado y estoy a punto de añadirte a mi blog.
Un beso de bienvenida.
Tus fotografías me han encantado por su espiritualidad.
Muy buen texto.
ResponderEliminarEstamos tan acostumbrados al ruido que el silencio nos resulta extraño.
ResponderEliminarA mí me encanta el silencio, pero el que elijo no eses silencio del que hablas en tus bellos versos, Tecla, ese que precede al olvido, a la pérdida, a la añoranza.
Una de la cosas que me gustaron de Venecia, y seguro que no se fijan muchos turistas, es que al no haber tráfico se oyen muchos sonidos al ir por la calle, los murmullos y el roce de la ropa, y los pasos distintos según las suelas y pesos... y si te vas por los barrios menos turísticos ya es una sinfonía.
Un beso,
El silencio es tan necesario...
ResponderEliminarSalu2 silenciosos, Tecla.
Muy bonito.
Tesa, qué bien que estás aquí. Te echaba de menos.
ResponderEliminarEl silencio es necesario para escucharnos a nosotros mismos.
Lo queramos o no, el Silencio acompaña nuestras vidas.
Dyhego, aquí sigo esperándote. Ya te tenía agregado pero no te encuentro en la lista de blog.
ResponderEliminarAunque lo que es estar, estás.
El desierto del alma es donde sucumben y renacen los más dulces, tiernos y escondidos recuerdos.
ResponderEliminarBesos, mi Niña.
creo que nos ha pasado lo mismo a los dos. Mi comentario apareció como Jose Joaquín y me costó luego encontrarme. Claro, yo buscaba Pepe y Jose Joaquin es mi nombre completo. Soy yo jejeje el de cyranoxxi.blogspot.com
ResponderEliminarBesos
Bendito silencio que me acercas,pleno de imágenes y sensaciones que solo trasmite una poetisa.
ResponderEliminarArrumacos.