Fuego de sal y lumbre encadenada en la
inquietante noche
de la endrina.
Destino incierto
en noche oscura del alma.
Mis caminos te buscan sin sentirte
y no hay luz en las velas
ni caricias mojando la pared antigua
de mi estancia.
Noche negra del color de la endrina
donde bullen las sombras,
maleantes,
mujeres de la vida buscando
el unicornio
y yo
mirando sin ser vista
y al acecho
de no sé qué aventura temeraria.
Mis ojos no despiertan
hambrientos
ateridos de sueños imposibles
bajo la luz de los naranjos
y de las azaleas.
Pasión de sal y lumbre
encadenada
en la prisión oscura del licor de
sangre de la endrina.
Busco el árbol prohibido de frutos
prodigiosos
y no lo encuentro.
Ese árbol está entre trece montañas, creció solo y abajo siempre encontrarás a un niño tocando una armónica.
ResponderEliminarBs.
Qué hermoso lo que me dices, Sarco.
ResponderEliminarCuéntamelo todo.
Gracias.
Tu poema es hermoso y el comentario de Sarco un commplemento perfecto...Besos amiga mia y buen inicio de semana
ResponderEliminarTecla: cuan sentidos tus versos!!! llenos de fuerza y también de una especie de agotamiento que no te detiene...
ResponderEliminarBellísimo!!! realmente, una atracción a las imágenes que tus palabras nos gritan y susurran... bellísimo!!!
Beso.
Ay Tecla, si me dejo llevar por tus letras, la tristeza no me dejará ver ese unicornio que acompaña los sueños me parece que la melancolía acompañada de un pecharan es doble y sin embargo tan hermosa que se paladea. Te salió del alma estas letras y así llega a la mía, perfecto.
ResponderEliminarMe alegra encontrarte de nuevo. Voy abajo, al pueblo
Abrazo.
Que bonito lo que escribes¡ cuanto me alegro de volver a leerte.
ResponderEliminarY esa foto de ese pueblo tuyo, es preciosa.
Ay Tecla¡ cuanto arte derrochas.
Bess.
Tecla:
ResponderEliminarLos frutos del bosco son como los gnomos:da gusto encontrarnos con ellos.
Salu2.
También yo busco los frutos prodigiosos, Tecla querida, pero se ve que están bien escondidos. Quizá cualquier día, cuando no seamos conscientes de la búsqueda, encontremos, quizá.
ResponderEliminarEs un alegría volver a leerte y sentir tu cercanía y calidez, incluso tu hermoso desconcierto.
Un abrazo bien grande.
La búsqueda de algo es un constante en nuestras vidas. Seguramente sin ella perdería algo de sentido. Tú has sabido contar la tuya con ese toque mágico que tienen tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo
Noche oscura,noche incierta y la esperanza de encontrar aquello que el alma añora.
ResponderEliminarBello,Tecla,muy bello.
Besitos.
Me encantan las endrinas... y el pacharan con hielo :))
ResponderEliminarQué poema tan delicioso...
Un abrazo!!
Querida Tecla, me han gustado estos versos de luz y sombra.
ResponderEliminarEse árbol de frutos es tuyo y no se busca está en el interior.
Un abrazo mi tecla
Como me gusta ir a mi pueblo para coger endrinas y hacer patxaran.
ResponderEliminarBonito poema.
Saludos.
acá no hay de esos arbustos rosáceos, pero tu poema es maravilloso
ResponderEliminarsalir en la espesura de la noche y dejarse guiar por aromas y sensaciones es toda una delicia que arrebata
besitos y feliz feliz semana
Winnie, el comentario de Sarco es el contrapunto, qué contenta estoy de encontrarte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que has dado en el clavo, Eris.
ResponderEliminarMe encantó tu último poema. Pero que BUENO.
Marina, un día de estos nos tomaremos un pacharán tu y yo juntas.
ResponderEliminarEn esta ocasión no pudo ser.
Te abrazo muchísimo.
Mar, algún día nos veremos en mi pueblo ya verás si te gusta.
ResponderEliminarEs cierto, Dyhego. El bosque es mágico porque a través de su sombra se esconden las sorpresas.
ResponderEliminarIsabel, algún día nos iremos juntas por el bosque a ver si nos sorprende.
ResponderEliminarPorque hay que ver.
Te abrazo mi amiga.
Verdial, quién sabe si el sentido de la vida no es esa búsqueda constante que tanto nos devora.
ResponderEliminarMorgana, no tanto como los tuyos.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor del mundo.
Laura, en mi pueblo con las endrinas se hace desde hace siglos un licor que se llama Risol y es riquísimo.
ResponderEliminarEstás invitada a probarlo.
Gracias por estar aquí, Marian. Te lo agradezco de todo corazón.
ResponderEliminarQué bien lo sabes, Elisa. Es un campo completamente preñado de aromas.
ResponderEliminarHasta ahora, las endrinas las usaba para hacer pacharán. A partir de hoy, cuando las tenga entre las manos, pensaré en este bello poema y me acordaré de ti.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Sublime. Coincido con Winnie0, el comentario de sarco le dá un toque de magia y me lleva a pensar en bosques, en hadas, en hechizos.
ResponderEliminarNo conocía a las endrinas, ahora he percibido su aroma, su color, embriagándome en su sabor. Gracias por tanto placer!
Un abrazo, desde una ausencia elegida..... Alicia
Lo mejor del poema: el nombre. Me encantó a pesar de leer el poema que es muy bueno también, no pasé del nombre.
ResponderEliminarBesos Tecla.
Nani, con las endrinas también en mi pueblo se hace un licor muy antiguo que se llama risol. Acompañó los dulces de mi infancia.
ResponderEliminarMe resulta entrañable.
Alicia, es que nuestro Saarco es mucho Sarco y llena de poesía todo cuanto toca.
ResponderEliminarGracias por estar aquí.
ResponderEliminarNoche oscura. Noche negra de la endrina. La poetisa caminará sus penumbras, se lastimará con sus espinas, se encenderá en el fuego de sal y lumbre, beberá el licor de sangre y emergerá en la luz de sus letras... más valiente y poderosa que nunca.
Besos Tecla guapa, celebro leerte!
Frutos prodigiosos que brotan de la palabra y de la pasión por la vida. Las endrinas las encontrarás al paso, así, cuando menos lo esperes.
ResponderEliminarEres una delicia (bueno, ya lo sabía)
¿Cuántos besos te daré?
Que maravilloso poema
ResponderEliminarmientras leía me sentía en tí amiga
como decir adentrandome en la sangre del poema vivo!!
y eso según mi ser es bastante...
y al fin saber que si se encuentra lo buscado
vaya que si!
gracias por tu cariño!
besos!
gracias Socorro por tu huella
ResponderEliminarsin duda todas llevamos una Lolita dentro
;)
besitos y feliz feliz semana
Yo encontraré ese árbol del bien y del mal, y te ofreceré sus frutos, y me acurrucaré en tu regazo, y en esa noche oscura, limpiaremos el cielo, y las estrellas, envidiarán tu luz.
ResponderEliminarBesos, mi Niña.
P.S. San Juan de la Cruz envidiaría tus versos..
Me encanta lo que escribes es excelente, sabes me encantó la frase final de:
ResponderEliminar"Busco el árbol prohibido de frutos prodigiosos y no lo encuentro"
Me encantó
Felicidades
"Los Sueños se hacen a mano y sin permiso"
Muy bonito y conseguido
ResponderEliminarA veces sin buscarlo, aparecen las cosas olvidadas de hace tiempo y otras, por mucho que busquemos no vemos Nada.
Mejor trabajar el día a día con todos sus afanes.
Un abrazo fuerte, desde mi Librillo
Un poema nacido del alma, con sentimientos que se liban de cada letra. ¡Brillante, poeta! me ha impactado. Un abrazo.
ResponderEliminartus caminos no hacen sentir muchas cosas (sin buscarte)
ResponderEliminar...buscaremos juntos una temporada más el árbol prohibido de frutos prodigiosos.
un abrazo.
Me gusto tu poema, del instante mismo que comencé a leer el poema, me vino a la memoria Borges, ese toque especial de su poesía me acaricio con tus versos..
ResponderEliminarHermoso, cada quien tiene su toque especial al escribir, como Borges, tus versos son buenísimos amiga..
Un placer leerte siempre..
Siempre es un placer visitarte..
Ya lo siento por no estar presente con mas frecuencia..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Tecla vine a darte un aliento de animo y de energía.
ResponderEliminarBesos mi tecla
Quizá en el tiempo encontremos lo que también sabe guardarse. Quizá.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Jolines, yo también quiero ir con vosotras... Jeje, un beso desde los urrutias
ResponderEliminarJolines, yo también quiero ir con vosotras... Jeje, un beso desde los urrutias
ResponderEliminarLa tristeza y la oscuridad hoy en día lo cubren todo y no nos dejan ver la salida.
ResponderEliminarHallar el licor dulce en el ácido interior de su carne, privilegio del alquimista, y del poeta.
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