Amapolas de Mayo
fundidas en la yerba.
Pétalos
y volantes
canturrean
bajo
la luna.
Entran en mi estancia
y alumbran de fuego y lumbre mi almohada.
Enjambres de mariposas rojas y granates
y canto de cuclillo.
Versos que vuelan como pájaros
sembrando de miel y arena los muslos codiciosos que se
escapan despiertos para soñar nuevas quimeras
y besos que se claven
en tu boca cual cuchillos ardientes.
Noche venturosa
líquida,
plenilunio.
Llanto por el sueño no vivido
que se fue para siempre.
La cal de las esquinas suda lágrimas
Y tú,
¿Dónde estás tú?
-Me he perdido en un sueño
y no me puedo
despertar.
Lloro mi dolor sobre tu hombro.
Imagen: Montserrat Gaudiol
Lleno de contrastes, y como la imagen y la amapola: versos fuego e intensidad. Te felicito, que hermoso lo lograste.
ResponderEliminarUn abrazo grande!
Tu presencia es muy de agradecer, Sara.
ResponderEliminarGracias.
Imagen impactante, reforzada por las palabras que desgranan un sueño incumplido, o es tal vez las palabras quienes potencia el cuadro de la unión en el color, cual manto de amapolas inundando el trigal donde despertar su sueño.
ResponderEliminarBesos.
Tremendo poema. Me he perdido en un sueño/y no me puedo/despertar. Me identifico con ese cierre. Precioso Tecla.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Un comentario de alto contenido poético, Alfred.
ResponderEliminarGracias.
Gracias , Pluma, una amiga me ha comentado que ese final no quería terminar, me falta preguntarle por qué.
ResponderEliminarSi me contesta luego te lo digo.
Un beso, preciosa.
Versos que anidan en tu alma, los que dictan tus latidos y escribes entre emociones de colores y aleteos.
ResponderEliminarUn final algo doloroso, pero no por ello deja de ser un poema precioso.
Un beso grande.
Me he quedado pensando muchas cosas...
ResponderEliminarese sentir que se hilvana entre amapolas...
una vivencia no concretada o solo un sueño por alcanzar?
y a veces se vive o se cree estar en esa comunión
y al fin de das cuenta que es solo vana ilusión...
y es peor el lloro...
en fin...nunca he sido buena para entender del todo esa parte de nuestro ser...
te dejo un abrazo!
No veo yo el final doloroso, es el amado que descansa su dolor en el hombro de la amada (Lo digo por la pintura) y no se puede apartar de ella.
ResponderEliminarEso es lo que veo o pretendo ver.
Quería expresar la alegría de la primavera junto a la melancolía que en ocasiones nos acecha.
Gracias María.
Quería expresar sin proponérmelo la inquietante primavera con sus melancolías y sus pros y sus contras.
ResponderEliminarUn beso muy grande, preciosa.
Las amapolas, siempre tan dicharacheras y alegres.
ResponderEliminarSalu2, Tecla.
Hola tecla.. Rojo como las amapolas, rojo como la imagen, rojos coloridos de la primavera.. no te descuides, los sueños no se pueden perder, cuestan mucho de encontrar..
ResponderEliminarUn abrazo..
Pero... ¡cómo estoy yo tan sumamente atontada que no te había visto/leído esta preciosidad!... ¡de lo más bonito que te he leído últimamente mi querida SOCO!... sencillamente maravilloso ... no es solo que dibujes letra a letra ese rojo pasión sangre dolorida de amapola a la perfección que lo haces, es que encima cn la imagen hace un todo en simbiosis perfecta! de corazón, enhorabuena!
ResponderEliminarAdemás, estas letras tienen la cualidad de ser .. cómo te diría.. dolorosamente dulces o dulcemente dolorosas... pero sin doler nada, como si besaran una herida...como ese recostarse de él en ella que lo cura, no sé explicarme mejor, lo siento!
Sieeempre pero hoy más, me han encantado tus letras cielo!
Mil besos TECLA/SOCO, ojalá te encuentres tan bonita y roja como tus letras amapolas MmuuaaaksS!
La imagen es potente. el rojo siempre da mucha fuerza. La composición, magistral.
Las letras, bellas para acompañar a la imagen... o al revés...
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
mejor no lo encuentres: sigue buscándolo tierra adentro
ResponderEliminarsin temor a que el mínimo sueño lo derrumbe.
besos
Tu poema como la amapola ha brotado libre, sin siembra en la orilla de los caminos de la vida. Hermoso Tecla. Un beso.
ResponderEliminarCon lo que me gusta a mi el rojo.....ese rojo! ;)
ResponderEliminarBesos =))))
Amapolas como mariposas rojas leves sobre la hierba, explosiòn de los sentidos en cada primavera, también recuerdos vividos a la luz de la luna y qué bonito lo has dicho con tu sensibilidad poética, Tecla. Precioso, como la pintura de Montserrat Gaudiol que contrasta fuertemente el color rojo-amapola con la melancolìa de la pareja.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte con los campos vecinos cuajados de amapolas. Besos!
"Besos que se claven en tu boca cual cuchillos ardientes", así es como deberían ser siempre los besos. Con la intensidad de todos tus poemas, con la fuerza de tu verdad acumulada.
ResponderEliminarQué bonito lo haces siempre, tecla.
Besos.
Escalofrío final en esos últimos versos, que son expresión de la primavera y tu pasión, que es también la suya. Las amapolas son gritos que no podemos dejar de oír. No debemos.
ResponderEliminarQué bien complementan en esta ocasión tus versos a la pintura.
Qué bien has combinado imagen y palabra, y qué fuerza tienen las dos...
ResponderEliminarUn abrazo, Tecla
Llega mayo,la primavera,y nos damos cuenta que el tiempo pasa,el esplendor de nuestras naturalezas se abren paso,hoy, de rojo,intenso y poderoso como la imagen que acompañan tus letras,y como no darnos cuenta,se mezcla la alegría y la melancolía,entre más vivimos y respiramos más se entrelazan las emociones,la razón todas y ninguna.Queremos llorar y no sabemos por qué ? queremos reír y tampoco lo sabemos...Pegajosa melancolía...Es un pocito que nunca se seca.
ResponderEliminarTe abrazo cariño.
Es por eso que nos visitan en primavera, Dyhego.
ResponderEliminarY nos quitan la melancolía que nos dejó el invierno.
Besos.
Habrá que estar muy al tanto Llorenç. No se puede vivir sin sueños.
ResponderEliminarTampoco sin las humildes amapolas.
No estás atontada, María. Es el Tiempo quien no nos deja hacer.
ResponderEliminarSe deberían de hacer las cosas solo con la mente.
Llegaríamos mucho antes a los sitios.
TQM.
Me gustaría alcanzar las cimas de tu poderosa mirada, ñOCO.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres una genia, Pilarica.
ResponderEliminarY tan bonica tu.
Mara, te agregué el otro día pero no me habías salido. Lo he vuelto a repetir hoy, a ver qué.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Me gusta la libertad, y a quién no.
Un beso.
Es un rojo magnífico, Liliana.
ResponderEliminarUn beso primaveral.
Chusa, qué bonita eres.
ResponderEliminarLa verdad es que Gudiol ha sido una pintora excelente.
A veces la primavera nos trae a veces una melancolía como de mal de amores.
¿No te parece?
Muchísimas gracias, Eme.
ResponderEliminar¿Ya te encuentras mejor? Qué ganas tenía de que volvieras. Eres encantadora.
Un abrazo.
Y las jacarandas??????????????
ResponderEliminar..... te la robaron???
:P
Xuan, mi amigo entrañable.
ResponderEliminarEs verdad que el rojo de Gudiol se conjuga bien con la extraña melancolía que a veces nos trae la primavera. Entre las amapolas y el verde amarillo de los limoneros.
Ese no sé qué que nos desasosiega.
Te deseo todas las primaveras del mundo.
Gracias, María Candel, tanto tiempo.
ResponderEliminarYa te estaba extrañando.
Precioso poema Tecla. Besos.
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