Y que las sábanas que cubren el calor con
que suspiras
le bailen al aire
huyendo enloquecidas de la piedra
milenaria.
He bebido tus besos,
Hora es ya
de que amanezca el día.
Todos los manantiales de la vida vinieron
esta noche a mí, buscando mi regazo.
Vistiéndome de lluvia
en noche oscura del alma.
Es por eso que espero
que las sábanas con las cuales cubriste
tus suspiros
sigan bailando la danza milenaria.
Paso adelante, paso atrás
A la espera impaciente de la urgencia mimosa de tus dedos.
He bebido tu lluvia en noche oscura
en tanto
brillaban las estrellas.
Vuelve a tu lecho, caminante.
Vuelve.
A las sábanas, como a los recuerdos, se les "ha ido la pinza" y el tiempo los zarandea rasgando las fibras de nuestra consciencia... pero el caminante nunca regresa....está demasiado lejos.
ResponderEliminarBss
Vuélvete entonces y no tengas miedo.
ResponderEliminarUn abrazo.
...cuando volver es el único verbo...
ResponderEliminarabrazos Teclamía!!!
Tecla:
ResponderEliminarMe encantan el poema y esas sábanas juguetonas.
Salu2 con lluvias.
Mi caminante no, De Barro.
ResponderEliminarMi caminante se ha refugiado entre mis sábanas y acaricia dulcemente mis sueños.
Gracias por estar aquí, Luís.
Eso haré Rafael, eso haré.
ResponderEliminarMi niña sin verso. Toda tu eres un verso, el verso que me queda.
ResponderEliminarNo se puede pedir más.
Te abrazo mucho.
Eres u n Cielo, Dyhego.
ResponderEliminarUn soplo de aire fresco.
Una alegría pa mí, y ya está.
Tal vez nunca se fue¡
ResponderEliminarUn beso.
Precioso tu poema Tecla. Me ha encantado y las metáforas que utilizas son una delicia.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Tecla, precioso este llamado al amor ausente, precioso...
ResponderEliminarBesos, amiga
Precioso, Tecla. Un amor llamado de esa manera, ni siquiera necesita ser llamado, porque nunca se iría.
ResponderEliminarUn beso anisado.
Hermoso poema.
ResponderEliminarMi felicitación.
Un beso querida Tecla.
Que hay más hermoso en un día de lluvia como el que se enmarca hoy por la ventana que leer poesía y mirar esas sábana danzando al viento. Me encantan los tendederos con sábanas blancas.
ResponderEliminarEsas sábanas cómplices y testigos de los mimos, de los besos, y la ausencia del caminante que invoca la poeta.
Una delicia de post, tecla.
Ah, los enlaces de mi blog funcionan bien, inténtalo de nuevo cuando tengas un rato tonto.
Muchos besos,
Tecla, eres total, no sé cómo tienes esa sensibilidad para tocarnos il cuore.
ResponderEliminarTambién a mí me encantan los tendederos, trocitos de existencia al sol y al aire.
Tu caminante será feliz entre tus brazos y tus palabras.
Un abrazo gordo y tiernísimo.
Esas sábanas al viento son mi bandera, la de la patria del sueño y del amor, la única en la que de verdad me gustaría reconocerme.
ResponderEliminarQué hermoso y completo ese primer verso, yo no sabría seguir escribiendo luego.
Besos, Tecla.
Nunca se fue, Azzul. Nunca.
ResponderEliminarEra yo la impaciente.
Besicos Nani. Tu también necesitas volver.
ResponderEliminarPor fin has vuelto.
María Candel. Me gustan tu nombre y tu apellido.
ResponderEliminarMe llegan.
Sara, por fin has vuelto tu también.
ResponderEliminarMe ha llegado de frente el aroma de anís.
Mmmmmmmmmmmmmmmm
Mi querida y tierna Pluma.
ResponderEliminarCuanto me alegra que estés.
GRACIAS
La verdad, Tesa, es que unas sábanas tendidas al sol sugieren muchísimo.
ResponderEliminarSe podrían crear con ellas cientos de entradas.
Tanto y tan intensamente han vivido sus historias.
Anoche Internet casi no me iba.
Ahora cuando me ponga de nuevo lo volveré a intentar.
Un beso.
Virgi, te veo como el sol que acaricia la arena. No estoy haciendo poesía, es que es así como te percibo. Cálida y luminosa. Fuerte como la misma tierra que pisas.
ResponderEliminarAsí te siento.
Xuán, qué alegría que estés aquí. Llevas razón, podríamos escribir sobre el lenguaje de las sábanas. Ellas pueden contarnos tantas cosas.
ResponderEliminar¿Te imaginas?
que delicadeza se desgrana por tus recovecos de amor....
ResponderEliminares bueno eso cuando lo que se ama siempre está prodigando la dulzura de lo nunca ido...sostenido en el tiempo
envuelto en todo lo que nos rodea y teje desde le fondo una flor para saber que estamos eternamente conectados....
bello
como flores de mi jardín renaciendo!!
El caminante por esas sábanas de tu fotografía es el viento.
ResponderEliminarUn beso para ti, y otro para tu alma.
Que pasito a pasito no deja de escribir.
Enhorabuena.
Fabuloso el matrimonio del poema con la imagen. De ahora en adelante no veré sábanas en el tendedero con los mismos ojos. Sonreiré pensando en los amantes.
ResponderEliminarBesos.
Que vuelva tu caminante a ti preciosa, que haga volar todas las sábanas que os cubran, que sieempre huela a fragancia de sábanas recién planchadas a tu alrededor que el revoloteo de ellas con el viento te haga cosquillas en el alma y que flote .. aunque llueva fuera o nieve dentro, aunque haga demasiado frío y poco.. que nada te haga sentir mal bonita, lo mereces.
ResponderEliminarMil besos cosa guapa... perdón por no darle las gracias nunca a tiempo.. se me olvida quitar las sábanas del tendedero, me paso la vida corriendo detrás de ellas mientras vuelan por ahí:-)
Muaaaaaaaaaaaaaakss! preciosa.. este poema me a sonado a que estás estupenda ( más aun de lo que estás:-) Mmm cómo me alegro!
Soy de la misma opinión que Luis, a veces con los recuerdos se nos va la pinza, y luego el caminante ya no vuelve la vista atrás.
ResponderEliminarBss, mi Niña.
Gracias, Meulen. Eres altamente espiritual y exquisita. Profunda.
ResponderEliminarBuen acierto Azzul. Era el viento. Mi caminante era el viento. Y no me había dado cuenta.
ResponderEliminarAy, Tati, que no existe nada tan bello en el mundo tan bello como unos amantes agazapados detrás de unas sábanas blancas tendidas al sol.
ResponderEliminar-Pero si eso ya no se lleva, Tecla.
-Llevas razón Tati, pero cómo me gustaría.
Jajajajajj. Ay, María. Sospecho ligeramente que con frecuencia se te olvida recoge las sábanas del tendedero, ocupada como estás en otras actividades mucho más interesantes.
ResponderEliminarPero nada nos impide soñar que volamos con ellas por esos mundos donde el viento nos lleva de la mano hacia su goce y hacia su dicha.
Eva, los caminos están llenos de caminantes que nos están buscando.
ResponderEliminarSupongo que debemos de estar alertas.
O eso me parece a mi.
Sí, definitivamente debo declararme Teclamaníaco....
ResponderEliminarJajajajajaj. Gracias Walton. Cómo me alegra encontrarte aquí.
ResponderEliminarMe ha venido bien porque en una de esas ocasiones en las que trasteando en blogger se me han borrado todos los lings de mis contactos, me quedé sin el tuyo.
Así que ahora mismo me pongo a buscarte para volverte a añadir.
Un abrazo
Y sobre todo, VUELVE.
Volverá, no lo dudes, ese caminante que ha dejado huella no las perderá nunca...
ResponderEliminar¡Qué bonito, Tecla querida! Al leer tu poema se me escapa un suspiro :)
Un abrazo inmenso.
Liliana de mi vida. Qué alegría encontrarte por aquí.
ResponderEliminarTu sí que sabes volver.
Tecla querida.
ResponderEliminarA mi también me arrancas suspiros,exquisita en todas las formas,la imagen y cada linea apretujan los sentimientos.
Abrazo amiga y disculpa la tardanza,son meses de trabajo pero estamos presentes siempre.
Ya lo sabes me emocionas.
No te preocupes, América. Me gusta que vengas pero si no puedes yo te sigo queriendo igual.
ResponderEliminarTu también me emocionas a mi. Ambas lo sabemos.
Besos a montones.