Este mes de mayo que hoy termina
no ha sido.
No ha sido primavera, ni verano, ni invierno
ni tan siquiera otoño.
No hubo revoluciones, ni mayos del sesenta y ocho,
primaveras de Praga o quinces emes
No nacieron amores
ni sueños imposibles.
No hubo nada.
No ha sido.
Tan solo un miedo amargo, lento, soterrado
de volver a otros tiempos
que creímos superados para siempre.
Una amenaza lúgubre
de sellar nuestros labios
y amarrar con cadenas aquella libertad
tantos siglos soñada.
Este mayo no ha sido.
Este no.