Ellos fueron los héroes
Ellos ganaron la batalla sin tanques
ni fusiles
Tan sólo la palabra.
Un coronel corrió hacia el carro de combate orientado hacia el pueblo.
Los tanques se giraron del revés
y ya no apuntaban hacia los inocentes.
El tirano escapó.
–Hoy correrá la sangre-se decía-
Pero ellos siguieron de pié
como los árboles.
Y la sangre no corrió.
Benditos sean los héroes que luchan con palabras.
Sin que corra la sangre ni el dolor
Sin viudas sin huérfanos
sin brazos mutilados.
Enhorabuena al mundo.
Imagen obtenida del diario La Vanguardia
Es bueno.
ResponderEliminarMomentos de cambios radicales que intuimos.
Tuve miedo de que se repitiera la matanza de Tian ' Amen
Coincido contigo en este momento y le doy, como tú, la enhorabuena al mundo.
ResponderEliminarHoy lo hablaba con mis hijos: Si se puede luchar con la palabra. ¡qué gran momento!.
Un abrazo
Tecla, tengo un relato de cinco folio que habla sobre esto, sobre el poder de la palabra.
ResponderEliminarAunque es una utopía sigamos soñado que lo conseguiremos algún día!!
Un abrazo
Espero y deseo que no se quede solo en eso palabras que sirvan de provecho para otros,que fue el pueblo el que la empuño,besos.
ResponderEliminarCierto... pero sí corrió la sangre...de los que iban desarmados... 300¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarbesos
Bueno, sí corrió sangre. Creo que hubo presión internacional que fue lo definitivo.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Hasta pronto.
Y la palabra se encendió como una rosa desgranando sus pétalos en las bocachas de los tanques.
ResponderEliminarYa no cabía hablar de nada porque la libertad bañada las frentes sudorosas
Yo también estoy emocionada. Que la vida les sea fructífera. Volveré a Egipto, para apoyarlos.
ResponderEliminarBesos, querida Tecla.
Las palabras...son, aunque no me gusta la palabra arma, las mejores armas....
ResponderEliminarTodo se debe y se puede decir mientras se guarde el respeto...
Un beso amiguita mia
Ojalá nunca corriera la sangre... ojalá que todos los pueblos fueran valientes...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Y se produjo el milagro.
ResponderEliminarQue bien...
Besos.
Ahora falta esperar porque el todo no está ganado aún.
ResponderEliminarY a veces, la palabra no basta.
Besos, Tecla.
Tecla: , El hambre y las injusticias ¿qué más dan?...Aquí las gentes solo salen a las calles por el balón-pié...Abrazos solidarios y utópicos de cambios
ResponderEliminarBenditos los héroes que luchan con la palabra...
ResponderEliminarMuy bonito poema, Tecla, ojalá fuera la palabra el estandarte de la convivencia, la hora que nos diéramos a cada paso
Te felicito por la temperatura y la emoción conseguida en esos versos
Puse yo hoy también en lo mío uno d´amore para adelantarme a las baterías del corte inglés.
Saludos bloggeros, Tecla
Ahora su futuro está en el aire, que tal vez es donde deba estar siempre, más o menos. ¿Y el nuestro?
ResponderEliminarNo hay mejor noticia que saber que hay un tirano menos. Espero que las esperanzas del prsente no se frustren en el futuro, ya hay demasiados precedentes de algo así.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida amiga.
ResponderEliminarMe encantó tu texto.
Es cierto lo que decís.
En hora buena que se logró "lo que el pueblo quería y pedía" sin sangre, derramamientos, guerras, muertos/as o heridos/as.
Un abrazo.
En verdad es un lindo y sentido texto.
Cuidate mucho.
Besos.
Las palabras y su poder, bien para encarcelar o bien para otorgar libertad. En este caso lo segundo se hizo real a partir de ello.
ResponderEliminarUna poesía con actualidad. Hemos sido testigos de los cambios, del abrir de ojos, del despertar de la mañana. Ahora que las buenas palabras sigan latiendo para que sea todo lo que han soñado una realidad aún más plena.
Muchos besos.
Anouna
Ojalá esa libertad sea duradera y verdadera.
ResponderEliminarSalu2.
Y con la palabra me han devuelto la esperanza de que otro mundo es posible, de que los tiranos pueden caer, sólo con que el pueblo se una y salga unido a la calle.
ResponderEliminarBesos
Tan implicada como siempre, pero no se te olvide que las palabras pueden llegar a ser armas tan peligrosas como los sables. Salu2
ResponderEliminarLas armas tienen más eco que el sonido de un cañon, palabras como armas pero más convicentes.
ResponderEliminarbesitos
Esos son los verdaderos heroes, Tecla.
ResponderEliminarUna entrada Emocionante.
Besos.
Qué bello luchar sólo con la fuerza de la razón...
ResponderEliminarMientras occidente vive dentro de su laberinto el mundo se mueve.
ResponderEliminarLo son, tecla, si que lo son...
ResponderEliminarPor cierto, un abrazo grande!
ResponderEliminarMori con este post,eres una genia del manejo de la palabra, fantastico!!!!
ResponderEliminarBisbal lo habría explicado de otra manera. Tú lo has explicado bien.
ResponderEliminarTe abrazo al regresar.
Aunque hoy el sarcasmo lo tengo de baja y necesito mimos. Pena.
Algo de palabra heroíca en el mundo, es lo que necesitamos para retomar la convivencia en armonía.
ResponderEliminarSaludos Tecla,
Por cierto es una maravilla
ResponderEliminarAgradecer a Dios y la vida misma que nos brinda estas proezas
y ya vemos como el poder de la palabra puede mucho
así como la unión del hom,bre por un solo fin
reclamar lo que se merece en esta sociedad tan discordante.
abrazos amiga!
Quien pretenda calcular el contrapeso de la palabra corre el riesgo de sufrir la triste consecuencia que imagina de su ineficacia. El fruto de las palabras se asimila riendo victorioso o mostrando la reverencia triunfal después de que su poderío, con inaudito proceder, vuelve amigos al esperanzado con el heroísmo.
ResponderEliminarUn Saludo mi Querida Mejorana…
No hay arma más poderosa que la palabra.
ResponderEliminarHola Tecla, te seguí desde el blog de Rosa y me he encontrado con un blog muy interesante el tuyo, seguiré pasando...
ResponderEliminarSaludos
el eco de la palabra debe ser siempre mas fuerte que el de un cañón. Un poema muy acertado.
ResponderEliminarbesitos.
La palabra, un arma tan letal como una bomba, pero mucho menos cruenta.
ResponderEliminarLa palabra no se clava en el cuerpo, pero sí en nuestra esencia.
La palabra es hermosa munición para hacer la guerra desde la paz.
Un abrazo inmenso, querida amiga.