Llovió toda la noche
llovió también sobre el día emponzoñado.
sobre el día soleado y despierto.
Llovió
eran navajas
llovió también sobre el día emponzoñado.
sobre el día soleado y despierto.
Llovió
eran navajas
las gotas de la lluvia.
La sombra de un pájaro
saltó por la ventana de una décima planta
viniendo a estrellarse sobre
un todo terreno aparcado en la acera.
En un golpe seco,
En un golpe seco,
profundo, colorado,
estremecedor,
mortal.
Llovió sobre el silencio, llovió sobre la muerte,
sobre todo lo habido y por haber,
llovió.
Llovió sobre los muertos vivos que bailaban su vómito en las plazas
sobre las farolas de la ciudad dormida.
Y sobre los gritos de la noche.
Y mientras tanto ajenos,
ganábamos triunfantes nuestras propias batallas entre los edredones.
Qué noche tan extraña.
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Todas las noches del mundo son
extrañas y misericordiosas.
Imagen: Daniel Maliski