–Hay silencios que muerden.
–Y hay silencios que abrasan
–Silencios como muros de piedra y
adobe.
–Silencios que valen más que mil palabras.
–Silencios escondidos en la
noche……………
……….–Cuando llegó el tren de
lejanías a la estación de Alcázar de S. Juan,
para la máquina.
Desciende una viajera.
Atraídos como un imán
corren los dos,
uno hacia el otro
como almas que se estuvieran
esperando desde el principio de los siglos.
Y se abrazan desesperadamente
uniendo contra sí sus bocas y sus cuerpos.
…………………………….
–Hay
silencios que brillan como soles.
–Silencios oscuros como boca
de lobo.
–El silencio de la Muerte.
¿Te quieres callar?
Imagen de Marc Chagal
Tecla:
ResponderEliminares verdad, el silencio puede manifestarse de tantas maneras.
Esperemos que los silencios sean intervalos para crear música.
Salu2.
Los silencios siempre o la mayoría de las veces, son terribles.
ResponderEliminar¡Ay el silencio, cuánto guarda...!
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Ese abzazo da como algo de miedo,según lo interpreto,pero si es de vida,siento un hermoso abrazo.
ResponderEliminarTecla,los silencios qué bien los has descrito ,dibujados de colores y en blanco y,,,,, negro.
Por eso me gusta tu imperativo:"Calla"
Besucos
Gó
....Silencio!
ResponderEliminarBesos
PD: qué haces levantada a estas horas???
Hay silencios que hablan a gritos y otros dulces y serenos donde se alcanza la paz infinita. Un abrazo y feliz día
ResponderEliminarHola Tecla.. Gran pintura azul de Marc Chagall, siempre adornas tus poemas con grandes pinturas, es como un enamoramiento del arte escrito y el arte plástico..
ResponderEliminarComo hoy tenemos que guardar silencio, hagamoslo, mirándonos a los ojos y que sean ellos los que hablen..
Un abrazo..
hay silencios que calman un mar de emociones y dan vida al alma
ResponderEliminarHola Tecla, hay pocos comunicadores tan reales como el silencio..
ResponderEliminarGracias, pas abuen día, besos silenciosos..
Me gusta mucho este tren de lejanías que nos muestra, con una bonita historia, la relatividad del tiempo, de esta vida incompleta sin la muerte, de este vacío con palabras o este maravilloso espacio de silencios...
ResponderEliminarRompo el silencio para mostrarte mi cariño con un sonoro besito.
El silencio de la muerte es bastante triste.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.
El amor se puede medir por el tiempo que se puede pasar en silencio con la persona amada.
ResponderEliminarY me gusta mucho Chagall, me encanta su mundo onírico.
Un beso Tecla.
Si los silencios hablaran... hay tantas clases de silencios, tantas percepciones, de tantos colores, de tantas formas, unos devoran, otros ignoran, otros susurran, otros arañan... tantos ... tantos...
ResponderEliminarBellísimo el texto y la fotografía tan azulita.
Un placer venir a visitarte, tecla.
Un beso enorme.
A veces tus silencios me hablan y acompañan
ResponderEliminarabrazan, acogen, envuelven, amansan,
reconfortan, sanan, ayudan y enjuagan.
Otros,........................ me taladran.
Pienso igual que tú :))
Un beso.
Yo me quedo con ese silencio que lo dice todo, esos dos corazones que se encuentran, que corren para estar uno al lado del otro y, a lo lejos, se ven fundidos en un apretado abrazo.
ResponderEliminarMe ha encantado y el cuadro que has elegido de Chagal también.
Abrazos y cariños.
kasioles
Se me olvidó decirte que, si sigues la receta tal cual la he puesto, te tiene que salir de maravilla, el olor atraerá a todos tus vecinos.
ResponderEliminarEs fácil, no tiene ninguna complicación, el horno se encarga de hacerlo, sólo tienes que dar vueltas a la carne para que no se queme.
En el caso de que se te pusiera algo oscura por encima, la tapas con un papel albal y en la última media hora lo retiras para que quede dorada la carne, yo no lo tapé y ha quedado fenomenal.
Coloca la bandeja de la carne en la parte más baja del horno y pon calor arriba y abajo.
Tienes el éxito asegurado.
Cariños.
kasioles
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Que en silencio escuchemos nuestro corazón y por ello podamos encontrar la alegría de saber vivir...de seguir adelante tejiendo la belleza de la vida...
que la muerte nos encuentre sonriendo...es lo mejor...
besos.
A veces un simple comentario puede ser un pequeño sacrilegio. Como en esta ocasión, así que aquí lo dejo, y escucho.
ResponderEliminarUn abrazo. En silencio.
ResponderEliminarAy, tecla, esa pareja que se abraza en tu hermoso poema es el sueño de la pequeña Penélope de la canción de Serrat, que pasaba lo días en la estación esperando el regreso de su amor.
...Penélope
Tristes a fuerza de esperar
Sus ojos, parecen brillar
Si un tren silba a lo lejos...
Ella sí sabe de silencios.
Preciosa e inquietante pintura de Chagal.
Hay silencios que lo dicen todo!
ResponderEliminarBesos.
También pueden ser intervalos musicales, Dyhego. Qué buena idea.
ResponderEliminarY que lo digas Tracy. Pueden ser demoledores y terribles.
ResponderEliminarUn beso.
Los silencios están plagados de voces que gritan en muchas ocasiones, Rafael.
ResponderEliminarMiedo al silencio a veces.
O tal vez es que no se tiene nada que decir.
Este abrazo, Go, fue de alegría Gó. Doy fe de ello.
ResponderEliminarNo sabes con cuanta precipitación ella bajó del tren y salió corriendo a toda vela hacia sus brazos.
No sabes con cuanta fuerza se abrazaban y besaban.
Pasé una envidia.............
Nunca lo olvidaré.
Besucos Gó.
ResponderEliminarAy, las horas, Liliana.
ResponderEliminarCuán negras y terribles pueden sentirse a veces.
Y ese silencio terrible que a veces hasta puede masticarse.
Gracias por ti, Liliana.
Mi querida Ana. Qué buen entendimiento tienes de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llorens, estoy enamorada de la pintura y la poesía y de todo aquello que al Arte se refiera.
ResponderEliminarLástima que la vida sea tan corta y no tengamos tiempo de practicarlos todos.
Un abrazo.
Sííííííííííííí, Recomenzar.
ResponderEliminarHay silencios reconfortantes llenos de paz y que no necesitan las palabras.
Por supuesto que sí.
Y que lo diga usted, D. Vito.
ResponderEliminarMi querida Raquel. No me llevo bien con el Google+ y no consigo ensamblarlo con este.
ResponderEliminarEl caso es que yo sé que te h e visto en un blog que se llama Raqueladas, pero no lo encuentro o lo he agregado a blogger pero no me sale.
Y tienes unas entradas en Google+ que me gustan muchísimo.
Al final lo solucionaremos.
Un abrazo.
De la tristeza brota también la poesía, Amapola.
ResponderEliminarUn beso.
Entre silencio y silencio
ResponderEliminarun comienzo de esperanza.
Besos
Todo lo que el silencio hace cuando el díalogo se queda callado, buenísimo.
ResponderEliminarAbrazo
me gustan los silencios necesarios para escucharse uno mismo, odio los silencios de muros, entre dos, me dan frío. Me ha encantado tu escrito de trenes y encuentros, y esa forma en que declinas tus versos dejando el interrogante abierto
ResponderEliminarun beso Tecla hermosa
jajaja ¿ te quieres callar? conmigo seguro que me dirías eso...de hecho te lo he leído e inconscientemente me he dicho... ¿ Yo? jajaja es que soy palabras andantes .. ¿ves lo que escribo? pues aun hablo más.. bueno ya me has probado jaja el silencio y yo somos muy poco amigos... pero a veces ... a veces es delicioso... en tu precioso encuentro de peli total por ejemplo .. no hace ninguna falta hablar... si los dos se funde en un abrazo como si no hubiera mañana ese instante tiene tantas palabras, tantísimo sonido silencioso que ... ¡¡bendito silencio!! ... preciosa tu peli de letras ; )
ResponderEliminarMil besos preciosa .... y para cuando te envuelva el silencio no deseado .. millones de palabras que te acompañen susurrándote cosas bonitas con todos el cariño que te ganas minuto a minuto... MmuaaksS!
Muy feliz finde mi querida SOCO!!!
Buena reflexión, Minimal.
ResponderEliminarAunque pienso que los silencios hablan y te dicen si son amor o son desprecio, o que no tienen nada que aportar.
Vivir para ver.
Un abrazo.
Veo que lo has pillado, María Perelada.
ResponderEliminarQué lista eres.
Eres grande, Carmela. Y por eso has comprendido.
ResponderEliminarEl Silencio y los amantes, uno en brazos del otro, en una noche estrellada.
ResponderEliminarEl tren volvió a arrancar y yo seguí mi camino.
Ellos quedaron dentro de mi en el recuerdo.
Junto al silencio de los tiempos.
Así es como debe de ser, Magdeli.
ResponderEliminarEstás llena de alma.
Gracias, Xuan.
ResponderEliminarTesa, mi protagonista venía a mi lado en el tren, y cuando llegamos a la estación de Alcazar de S. Juan, ella bajó en plena madrugada y corrió despavorida hacia los brazos de su amante y el amante hacia los brazos de la amada.
ResponderEliminarEl tren arrancó y allí quedaron ellos, uno en brazos del otro.
Vale la pena recordarlo.
Besos para ti también, Alfred.
ResponderEliminarLas variedades del Silencio pueden ser infinitas, María del Rosario.
ResponderEliminarY tu lo sabes.
Gracias, Marisa. Entre Silencio y Silencio, a veces, un rayo de esperanza.
ResponderEliminarChusa, creo que me has comprendido. Es por eso que me gusta que vengas.
ResponderEliminarUn beso, preciosa.
Tu habla y habla, María. Que todo cuanto me dices me gusta.
ResponderEliminarEres tan sabia hablando que para qué tanto callar, cuando tu eres un pozo de sabiduría.
Y además me gusta lo que dices de los amantes. Aquel Silencio tan espectacular y tan lleno de vida, de sentimiento, de plena emoción.
Y por si era poco, pasó realmente y yo fui la única espectadora.
Fue todo tan hermoso.
Hay tantas clases de silencios...
ResponderEliminarLa protagonista de esta entrada está hablando a besos,no hay mejor idioma,verdad?
Encantada de tu visita y de leerte.
Un saludo.
Éramos viejas amigas y no nos habíamos enterado, Carmen.
ResponderEliminarMe he tomado un tiempo para saber de ti, y me has sorprendido gratamente.
Un abrazo de bienvenida a mi blog.
Boa tarde, Há silêncios necessários e significativos, também são comunicativos.
ResponderEliminarAG
Quien diga que todos los silencios son iguales es porque no tiene sensibilidad para interpretarlos. Cada silencio tiene su elocuencia. Los hay que aman, los hay que mienten, los hay que otorgan...
ResponderEliminarUn abrazo.
Los silencios, Antonio, siempre vienen rodeados de misterio.
ResponderEliminarGracias por estar aquí.
Y hay Silencios que siempre sabemos palabra por palabra lo que nuestro Silencioso está pensando.
ResponderEliminarGracias, Macondo.
Maravillosa entrada.
ResponderEliminarHace unos días, tuve un silencio muy particular. El de la impotencia.
El que surge cuando las palabras no valen para nada, cuando todas suenan igual cuando ni de consuelo se pueden usar.
Un silencio que solo puede acabar en llanto y abrazo y a veces más silencio.
Un beso
Sé de qué me hablas, Castigadora.
ResponderEliminarUn beso.
Muchos silencios y todos llenos de expresión.
ResponderEliminarHe visto a esa pareja que se encuentra. Los he observado sin disimulo y luego he vuelto al silencio en el que me envuelvo.
Gran poema.
A veces, Verónica, el Silencio es el cobijo en el que nos refugiamos cuando el frío del exterior aprieta fuerte.
ResponderEliminarGracias por estar.