lunes, 20 de julio de 2015

Diálogos en penumbra.

Tendrían que estar prohibidos los silencios,
las noches sin luna ni caricia
el batir de postigos en viento huracanado.

Tendrían que estar prohibidos la soledad y la mentira
el miedo, la insolencia
y que cada prohibición nos condujera
al momento feliz
de saltarnos la regla del ordeno 
para dar paso al dulce placer
de lo prohibido.

-¿Hacia dónde apuntas con tus flechas?
-Te apuntan a ti.
-Dime tu, qué quieres que te diga
-Quiero que me cuentes un cuento y una mentira bien contada y que te crea.
-No puedo vivir si tu no estás.
-Abrázame.

Cantan los aguiluchos en las ramas de la higuera y llueve, llueve, llueve el agua sobre la tierra que se abrasa.
-Quiero sentirte una canción de cuna.
-Duerme mi vida, duerme.

Es hora de la siesta.

Imagen: Marc Chagall