No quiero ser piedra de mármol que se luce en los parques partida en pedazos
a base de barrenos.
Cincelada.
Taladrada.
Torturada a golpe de martillo y buril para dar placer a los
hombres.
Tampoco quiero ser piedra de fachada en cuyas esquinas se
orinan los perros.
Ni ser piedra cubierta de asfalto y no poder sentir las
plantas de los pies que me caminan.
Quiero ser piedra de montaña y camino
de riscos
de ladera.
Piedra de peñas y cabrales.
Madriguera donde acuden las liebres
cuando son perseguidas de pólvora y cañón.
Vientre donde se esconden los amantes furtivos.
Grieta de la Tierra
Canto rodado que acaricia el agua viajera de los ríos.
O piedra que cabe en una mano, en un bolsillo,
en tu mirada, en tus ojos.
Fotografía: Diego Redondo Crespo
Tecla, tu relato es precioso. Posee el cálido amor de quien se preocupa de ser como la Naturaleza le ha hecho. A la vez, su instinto de protección, atención igualdad, sin artificialidad aumenta la inmensa belleza de su adaptación a todos los medios que aumentan su delicado esplendor.
ResponderEliminarMi más sincera felicitación.
Un fuerte abrazo, querida Tecla.
Gracias Antonio. Tus comentarios me son de gran utilidad.
ResponderEliminarprecioso poema Socorro, hacerse piedra es una forma de perpetuarse y de estar presente en los tiempos de los vivos
ResponderEliminarbesitos y feliz fin de semana
...y por éso Dios te hizo mujer...
ResponderEliminarSaludos desde Argentina.
Siempre me asombras con tu inspiración. Es sencilla, tomada de las cosas primeras, en este caso la piedra, la piedra humilde de los caminos y montañas.
ResponderEliminarAquí te ha dado un poema muy hermoso, querida Tecla. Y eres esa piedra que cabe en mi mirada, en mis ojos y, sobre todo, en mi corazón. Porque, quizá, más que piedra eres aire, brisa suave que penetra y se queda para siempre.
Besos.
Precioso poema, Tecla, "madriguera donde acuden las liebres", valiosa y acogedora piedra..., me encantó
ResponderEliminarUn abrazo
El que esté libre de pecado que lance el primer poema.
ResponderEliminarTecla...
Ay! Esto tiene una gran fuerza. Soy testigo de como la piedra fría y dura, fue mostrando su alma, su rebeldía, su autodefinición, hasta su ideal de existencia. Estupendo!!!
ResponderEliminarMuchos besos.
Que voy a decir después de todo lo que se ha dicho, que me encanta por su sencillez de pensamiento y al mismo tiempo, por tu gran inteligencia y sensibilidad a la hora de plasmar los trazos de tu escritura, hermana.
ResponderEliminarOye amiga
ResponderEliminarque cosa mas sentida este poema...me encantó como pocos ...
siento esa fuerza telúrica de la Madre Tierra , desde su simiente que todo lo funde y lo sustenta...
y en donde al fin somos...
eslabón a eslabón forjando este suelo que se rehace día a día y del cual al fin seremos pues de allí venimos...
toda mi admiración!
Tengo una prenda de invierno en uno de cuyos bolsillos guardo un canto rodado que recogí hace años en alguna playa. Cada vez que me la pongo y meto la mano y toco la piedra me alegro íntimamente, con una de esas alegrías tontas que no se cuentan a nadie y que tanto se parece a la tranquila emoción que produce, por ejemplo, leer este poema.
ResponderEliminarBesos, Tecla.
Tecla:
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente.
Salu2 pétreos.
una gema
ResponderEliminarun diamante en bruto
Un canto rodoado suave, que pueda refugiarse en tu regazo...
ResponderEliminarBesos
Las piedras y sus milenarias historias tiene el poder de cautivarnos. Yo tengo piedras de un río de Galicia, un trozo de mármol de Estremoz, un adoquín de Portugal, otro de Madira, arena se Senegal...
ResponderEliminar¡ay, mi Tecla!
Te abrazo, cielo, mucho.
Las piedras y sus milenarias historias tiene el poder de cautivarnos. Yo tengo piedras de un río de Galicia, un trozo de mármol de Estremoz, un adoquín de Portugal, otro de Madira, arena se Senegal...
ResponderEliminar¡ay, mi Tecla!
Te abrazo, cielo, mucho.
Gracias, Elisa, hacerse piedra es contemplar la vida desde el principio hasta el fin de los tiempos.
ResponderEliminarVer todas las batallas, los encuentros y las lunas.
Gracias a ti, Flor de Ceibo.
ResponderEliminarQue bien escribes.
Decídete a publicar de nuevo, lo estoy deseando.
Isabel, ojalá nos tengamos para siempre, amiga.
ResponderEliminarEres un gran consuelo para mi.
María Candel. Me gusta como escribes y lo que escribes.
ResponderEliminarEn cuanto termine pasaré a comentarte.
Un abrazo de bienvenida.
No sé de qué pecado me hablas Sarco.
ResponderEliminarCuéntamelo tu donde tu sabes.
Sara O. Durán. Me siento segura contigo por tu visión de las cosas.
ResponderEliminarProdígate más con tus escritos.
Tengo ganas de mirar mi lista de seguidores y encontrarte con que has escrito algo nuevo.
Anónimo hermano. Sabes con cuanto gusto recibo tus palabras. Y te recibo a ti.
ResponderEliminar¿Quieres que te sirva una copa?
Todos nacimos de la Tierra Meulen, somos polvo de estrellas.
ResponderEliminarPero tu y yo somos la misma Tierra y el mismo polvo.
Por más que nos sintamos lejos la una de la otra.
Pero tan cerca.
Xuán, qué parecidos somos en muchas cosas.
ResponderEliminarYo también recojo piedras y me las meto en los bolsillos. Las acaricio y me dan seguridad.
Me desconciertan y me fascinan.
Dyhego, te lo puedes guardar si quieres en tu archivo.
ResponderEliminarTe lo dedico desde aquí con todo mi cariño.
Gracias, Noel.
ResponderEliminar¿Lo de bruto forma parte también del piropo?
Pluvisca, yo te regalaré un día ese canto rodado en gratitud por cuanto me hiciste gozar con tu mirada.
ResponderEliminarAy Virgi, qué semejanza tienes conmigo.
ResponderEliminarYo guardo mis piedras esparcidas entre todos mis rincones.
Me las voy encontrando y no sé que me pasa o qué les pasa a ellas que me las quiero quedar para mi para siempre.
Me las traigo en los bolsillos y cuando estoy en casa no sé para qué las quiero. Pero nunca las tiro.
Igual estarían más a gusto en el campo que aquí secuestradas en mis cajones y a oscuras.
Cualquier día de estos tendré que hablar con ellas y preguntarles.
Sí, sí, ya lo sé, pero es mejor estar loco que ser tonto.
Jajajajaj
A fin de cuentas, la vida es un sueño.
Aunque a algunos les guste convertirla en pesadilla.
O precisamente por eso.
Este poema tiene magia, es precioso e inspirador. ¡¡Felicitaciones!!
ResponderEliminarBesos.
Inocente y frágil poema pétreo. Qué gusto leerte, guapa.
ResponderEliminarMe temo que yo soy de las que cincelan, graban y reconvierten, pero es que dentro de las piedras hay mucha belleza escondida, y la música del cincel en la piedra, en el metal, es tan bello......
Bueno a ver si esta vez, me entra el comentario, no sé por qué pero no entran... mira en el spam porque no me deja comentarte este blogger.
ResponderEliminarY ahora respecto a tu entrada:
Siempre fuimos piedras pequeñas, guijarros... y prefiero permanecer así.
https://www.youtube.com/watch?v=0LWlClxTwsw
Un beso, preciosa.
feliz inicio de semana Socorro
ResponderEliminarabrazos
Las sensaciones son lo importante.
ResponderEliminarNo se si ando despistada pero en un viaje que hice al Priorato de Val en Palencia, lugar con un encanto muy especial, salí a caminar por la mañana temprano y tras una loma, me dí de bruces con unas ruinas desde donde se veía un paisaje fantástico. Creo que es el lugar con el que has acompañado tu hermoso poema.
ResponderEliminarCuánta historia nos cuentan las piedras y que poco la sentimos.
Un abrazo
Ana
Consuela tu voz por estos lares, Pluma.
ResponderEliminarTe echo de menos.
Ay Pon, que bien que te comprendo.
ResponderEliminarYo siento la música de las piedras cuando el agua las cubre caminando por el río.
Al chocar contra cada una de ellas, suena una nota musical diferente en cada una dependiendo de la piedra. Y así, sonando sobre todas, es como entre ellas construyen un concierto.
Me siento en el cauce junto al agua y cierro los ojos.
Escucho.
Todo lo bueno de la vida resulta que es gratis. Y no nos hemos enterado.
Te echaba de menos y me puse muy triste, Zarza. Miraré esos spam tan ladrones que me borraron tus palabras.
ResponderEliminarTanto como las amo y necesito.
Gracias, Elisa.
ResponderEliminarTe vi cantando el otro día.
Tienes una bonita voz.
¿Y lo que no es importante, Javier?
ResponderEliminarHuellas, el lugar donde está hecha esta fotografía, es en Sierra Mágina. En la provincia de Jaén.
ResponderEliminarEl pueblo se llama Albanchez de Mágina.
Está mirando hacia las ciudades de Úbeda y Baeza donde Muñoz Molina escribió su libro titulado Mágina.
Te aconsejo que lo leas.
La fotografía que hay en mi entrada, Ya lo verás, la sierra que se ve nevada está por detrás de esta foto.
Me siento orgullosa porque en Sierra Máginas es el lugar donde nací.
¿Se nota?
Jejejejej.
Un beso grande.
Huellas, me dice Blogger que no tienes habilitado tu perfil para que pueda entrar.
ResponderEliminarY no hay manera. Ni que le de a tu nombre ni a tu foto.
Ya se de dónde viene el adjetivo IMPONENTE...Un saludo desde Almería.
ResponderEliminarGracias Anjespinosa.
ResponderEliminarA mandar.
Me gustaron mucho tus fotos.
Piedra sin "civilizar",libre como el viento.A eso deberíamos aspirar todos en este domesticado mundo...
ResponderEliminarBella entrada Socorro.
Feliz semana.
Una maravilla tu canto a la humilde piedra.
ResponderEliminarPiedra está encantado.
Besos
Piedra
No es la primera vez que me pasa lo del blog, hice unos cambios pero está el acceso libre a todos los usuarios, te dejo el enlace por si acaso, ya me contarás.
ResponderEliminarhttp://luigimadariaga-ana.blogspot.com.es/
Y sí, se nota el orgullo de pertenecer a esa tierra, es estupendo sentirse bien con el lugar de donde venimos.
He leído algo de Muñoz Molina pero Mágina no, así que me acercaré a esa lectura, ya te contaré.
Besotes
Eres la piedra en origen, natural, agreste, salvaje, sin más erosión que la del viento y la lluvia, sin más destino que el que depare el azar, sin más uso que el de sentir...
ResponderEliminarSer parte de la Tierra.
Así, tal cual eres tú en tus letras mi querida TECLA, tiernamente dura, brillantemente translúcida, gigantescamente minúscula.
Un beso inmeeenso preciosa rolling stone :-)
Muy bueno, quieres ser la piedra sencilla del camino que es vida, piedra sencilla que recibe la fuerza de la naturaleza.
ResponderEliminarBesicos.
https://www.youtube.com/watch?v=FLI46jzAh4k
ResponderEliminarAquí va la canción que te quise dejar, piedra pequeña...
Besos, mi niña.
A ver si entra el comentario esta vez.
Quiero que seas eso último tecla. Y que lo seas libremente, y que te lleven en los ojos, porque al leerte, me traslado a tu deseo, empatizo con él por cómo a veces el mundo prejuzga vorazmente y te entiendo bien. Así que, te llevo en la mirada del alma.
ResponderEliminarPrecioso poema. Besos y abrazo.
"Piedra humilde...como tú, piedra pequeña" Como decía León Felipe y cantaba Paco Ibáñez.
ResponderEliminarBss
uno de tus mejores poemas, Tecla, y mira que has escrito buenos...
ResponderEliminarcomo fan fanático de los Rolling Stones me quedo con el "canto rodado".
un abrazo.
Lo tenemos difícil, Jerónimo.
ResponderEliminarPero todo se andará.
Gracias Piedra del camino. Por tus palabras y por la alegría de tus fotos.
ResponderEliminarHuellas, por el momento me dicen que ese blog no está disponible, pero en cuanto termine los comentarios lo volveré a intentar.
ResponderEliminar¿Todo eso soy, María?
ResponderEliminarNo sé a qué espero entonces para ser feliz, porque lo que me dices es la felicidad completa.
Me vas a tener que enviar a ese tema de los Rolling Stone.
Siento curiosidad.
Así es Ana. ¿Te apuntas para hacerme compañía?
ResponderEliminarQué bien lo pasaríamos.
Me he emocionado, Eva, con esta canción. Y mucho.
ResponderEliminarMe costó conseguir oírlo, pero al final lo logré.
Y sí, es cierto que hay un cierto paralelismo entre mi poema y la canción.
Pretender ser piedra es una idea muy fácil.
Con las ventajas que dan lasa piedras frente a lo que tenemos que padecer nosotros.
Estoy muy feliz de tenerte.
J. No me podías decir nada más que diera tanta alegría a mis ojos.
ResponderEliminarMe acurrucaré en tu bolsillo y allí me quedaré.
Quieta y segura.
Verso, es muy feliz lo que me dices, lo acabo de leer y de escuchar gracias a la dirección que me ha proporcionado Eva.
ResponderEliminarHe llorado de gusto.
Jejejej ¿Qué te creías?
Dame esa dirección de Canto rodado, de los Rolling.
ResponderEliminarSiento mucha curiosidad.
Mi querida TECLA Rollings stones significa cantos rodados( piedras rodantes literalmente) en castellano...hay muchos temas de los Rollins que hablan de stones ( piedras) desde corazones de piedra a otros...pero a mi me encanta esta que habla de una chica que ha rodado mucho, dura muy dura, como la vida misma.,..se titula como un canto rodado
ResponderEliminarTus letras son así, felicestristesdurasblandas ojalá tú seas solo ...felizfeliz:-)
Estas cosas me pasan por no saber inglés, María. Menos mal que te tengo a ti.
ResponderEliminarGracias por estar y por ser.
ya te lo ha explicado María muy bien.
ResponderEliminarno obstante, añadir que el link que te envía es una versión de la canción original de Bob Dylan, Like a Rolling Stone (Como un canto rodado).
La verdad es que me ha emocionado, Senses, a pesar de los años pasados está de la más rabiosa actualidad.
ResponderEliminarY por eso he sentido, por la situación que estamos viviendo y los desahucios.
Cuantos cantos rodados humanos no habrá en estos momentos caminando las calles.
Debe de ser por algo así por lo que tanto me emocionan.
Por la tira de siglos que llevan dando vueltas por la vida. No se. Pero me abducen, me atrapan y no puedo dejar de pensar.
Tecla, en cualquier caso me pido ser piedra de los tres últimos versos.
ResponderEliminarViajera o amuleto de amor.
Un beso,
Una instantánea y una reflexión, eso es poner alma a las cosas que nos pueden pasar inadvertidas a veces….Me voy con esa piedra, en el bolsillo para sentir su fortaleza.
ResponderEliminarBesos guapa.