Murió Candela
La del vestido blanco de volantes y encajes
con sus claveles
rojos y su perfume atormentado.
Hija de la campiña.
Fuego devorador.
Murió
Murió de tanta vida
y tanto amar
de tanto de todo,
tanto,
murió Candela,
y sus amantes
la lloraban a
escondidas por las calles antiguas con sus esquinas rotas.
Copas de manzanilla
dormitaban ociosas sobre
el mostrador,
abrasando gargantas,
intentando olvidar
lo inolvidable.
Yo te lloré Candela
por esos arrabales
Candelaria
Por tus noches de
fuego y luego de tortura
Que no hay nada en la vida que
la vida perdone, nada, Candela,
NADA.
Te fuiste
para volver con los
pies por delante.
Hoy te lloro,
Candela mía
Hoy te lloro.
Lloro tus pies
mojados.
Tu locura.
Qué otra cosa mejor puede hacerse en la vida
sino estar locos.