(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Pequeño homenaje a Miguel Hernández en el 71 aniversario de su fallecimiento a los 31 años.
ResponderEliminarsimplemente poema Socorro
ResponderEliminares precioso ni idea de su métrica
pero su ritmo y su fondo son completos
abrazos
Maravilla
ResponderEliminarLamentable su final
"A las aladas almas de las rosas..."
ResponderEliminarPerdona, pero una pequeña pero significativa corrección:
ResponderEliminar(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, CON quien tanto quería)
Es importante ese CON pues denotaba la complicidad, las coincidencias en cosas que ambos querían. Algunas ediciones han cambiado esa preposición de forma arbitraria por A quien tanto quería.
Es que... a Miguel Hernández lo he leido y estudiado en bastante profundidad. :) (Y lo adoro)
Bss
No importa ni la métrica ni el espasmo de una vocal o una palabra, lo que importa es el vuelo...
ResponderEliminarBesos.
Hermoso poema querida Tecla.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarUno de los mas entrañables y bellos poemas de M. Hernández.
Ese "CON quien tanto quería" me parece genial.
Un placer. Saludos
Este es uno de mis poemas preferidos del inmenso Miguel Hernández. Ha sido un gusto llegar aqui y encontrarlo :-D
ResponderEliminarabrazos con pico y alas
Elisa, te contesto lo mismo que nuestro Sarco. Lo que importa es el vuelo.
ResponderEliminarPara mi es el poema que más me gusta de Miguel Hernández.
Sangriento su final, Noel. Terrible, insoportable.
ResponderEliminarEso mismo me ha parecido a mi, Loam.
ResponderEliminarEs muy importante, Verso. Te lo agradezco mucho.
ResponderEliminarQué bien sabes decir, Sarco. Y qué bien te he comprendido.
ResponderEliminarLo que cuenta es el vuelo.
Gracias, Pluma. Tu presencia me ilumina.
ResponderEliminarLo es, María Socorro Luis.
ResponderEliminarQueda con mucha fuerza.
Tus abrazos me encantan, La sin Verso.
ResponderEliminarVienen llenos de alma y versos cortos.
No me quiero perder ninguno.
Una obra de arte,sin duda.
ResponderEliminarMiguel Hernández fue un enorme poeta al que no permitieron desarrollar todo su talento literario,lo dejaron morir en la cárcel sin contemplaciones.
Abrazos Socorro.
No lo dejaron brillar, Jerónimo, igual que hizo el sapo con la luciérnaga.
ResponderEliminarun grande
ResponderEliminarLeí de él hace tiempo atrás
ResponderEliminary me encantaron sus palabras...sobretodo su innegable fe en el amor
a su esposa a pesar de todos sus pesares...
abrazos amiga!
Magnífica elección la de este poema.
ResponderEliminar¿Es verdad la noticia de las manzanas de abril?
Dime: sarahdur@gmail.com
Miles de gracias, Socorro.
ResponderEliminarMiguel Hernández siempre emocionante en su limpia belleza.
Abrazos
Piedra
Una maravilla.
ResponderEliminarLa pureza de la poesía aliada con la vida. Y sin embargo que vida truncada estúpidamente.
Te abrazo, Tecla, cuando nos veamos lo haré un buen rato.
Leer a Miguel Hernández siempre es un gozo, Joaquín.
ResponderEliminarAlta poeta Meulen, gracias por estar aquí.
ResponderEliminarEntre tu y yo, Sara, me puedo esperar cualquier cosa.
ResponderEliminarTenemos los dedos llenos de magia.
Piedra, me encanta tenerte aquí.
ResponderEliminarHay sectores de la sociedad a quienes no les interesa la poesía, desgraciadamente, y si por si era poco poseen el poder, ya nos podemos echar a temblar.
ResponderEliminarCómo me consuela tu presencia Virgi.
¡Qué bello trabajo! Muchas Gracias por la elegía y el poderoso recuerdo, Querida Tecla!
ResponderEliminarQue mi abrazo te llegue, largo y con todo cariño, guapa!
Probablemente, Tecla, una de las pocas elegías grandes de la Literatura Española.
ResponderEliminarDenostado y rota su creatividad a muy temprana edad, Miguel Hernández es un poeta, el poeta que, casi de forma autodidacta, supo captar el amor, la amistad y la injusticia hacia un pueblo tranquilo y bueno.
Un fuerte abrazo, querida Tecla.
Tengo su antología poética y la leo de vez en cuando, era genial este hombre sencillo del campo y de la gente.
ResponderEliminarBesicos.
Precioso poema Tecla....Un saludo desde Almería.-
ResponderEliminarVersos sentidos nacidos del pueblo y para el pueblo.
ResponderEliminarLa humilde sencillez de las palabras, de las tierras sembradas de aquellos tiempos…la guadaña que ataja la justicia…esa señora ciega e inhumana…Versos que acarician el alma y sacian nuestra sed de pensamiento y sentimiento.
ResponderEliminarSus poemas están hechos con toda su fuerza y energía, sacados de su corazón.
ResponderEliminarYa estoy de vuelta
Besos
Queridísima Tecla
ResponderEliminarMiguel Hernández, ¿cómo pudo ser?, apenas 31 años si mal no recuerdo, enfermo y solo, terrible la intolerancia y la traición. Apenas despuntado el día, se apagó su voz (física).Nos quedan sus versos, su presencia entre los poetas de poetas, ’’ No hay extensión más grande que mi herida’’ y la de todos los que no comprenderemos jamás.
El gran Miguel, hombre y poeta, lloró y rindió homenaje y tributo, a su amigo fallecido, otro grande la las letras españolas. Hoy leo esta Elegía, y gracias a ti, pensando en Miguel Hernández.
Un enorme abrazo guapa.
Aunque la poesía no tiene nacionalidad, me llega muy hondo la poesía transparente de Miguel. Nací cerca de él, he visitado las montañas que cantaba, los muros que le cerraron los ojos.
ResponderEliminarY Ramón Sijé, su Ramón Sijé, tuvo mucho que ver en su crecimiento.
Un abrazo.
Grande Don Miguel!
ResponderEliminarbendito homenaje, le robaron la vida, y tb la muerte...
un abrazo fuerte.
Tecla:
ResponderEliminarSiempre se me eriza el cogote al leer este inmenso poema.
Gracias.
Salu2 oriolanos.
Me ha encantado la sencilla manera que tienes de narrar las situaciones y sensaciones que van atravesando los personajes de esta
ResponderEliminarhistoria.... yo soy un cirujano plastico reparador de profesion pero un poeta y escritor de alma que se apasiona cuando encuentra este talento en la web
felicitaciones todos tus post son una delicia
saludos desde argentina y hasta la proxima visita
Marcelo
Cirujano Especialista en cirugia de nariz