
Cuando acabó la hora de la risa
se le torcieron el gesto
y la mirada
La expresión de su boca se le giró al revés.
Es desde entonces,
que tiene que pintarse
una sonrisa quieta
de payaso.
Soy una luz que atraviesa la vida en un instante. Una estrella fugaz. La tecla de un piano en silencio que espera unos dedos que No existen para poder cantar. La sombra de la luna en las aceras.
Fotografía: Xuan Rata