Soy una luz que atraviesa la vida en un instante.
Una estrella fugaz.
La tecla de un piano en silencio que espera unos dedos que No existen para poder cantar.
La sombra de la luna en las aceras.
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Hoy es el último día De todo cuanto tengo en mis bolsillos Total: Para un céntimo de euro que me queda me compro castillos en el aire Y ya no me preocupo más por el dinero.
Hoy es el último día de todo cuanto me queda en mi alacena. Un rincón en el mar Un extraño recuerdo.
Los dejaré en la playa
Y que las olas los arrastren hasta el país de nunca jamás. Y así no volverán a torturarme tus palabras.
Hoy es el último día de todo cuanto me queda en mi maleta. A fin de cuentas, no pienso emprender ningún viaje.
Ni acercarme a tu puerta y que la cierres.
Si es que no quieres verme para qué viajar.
Me sentaré a la puerta de mi casa. Y así veré pasar el cadáver de mi enemigo.
Hoy es el último día de todo cuanto me queda en los bolsillos. Como no tengo nada No me preocupa nada.
Caminaré descalza. Y sentiré a la Tierra acariciándome las plantas de mis pies. Y la música aquella que siempre me hace bailar como una loca.
Hoy es el último día que pienso subir las escaleras.
Si tengo que bajar por qué ascender tan alto.
Nos sentaremos juntos junto al mar. Y cantaremos todas las palabras que sepamos. Acurrucados el uno junto al otro Diciéndonos poemas.
¿Te imaginas?
El canto y la palabra son los afrodisíacos del mundo.
Para qué queremos subir las escaleras Si ya estamos aquí.
Debajo de tu piel corre la música como si fuera un río subterráneo
Y allí, justo allí, donde la música corre buscando tus venas, he puesto mis maletas, porque que si te marchas, quiero estar contigo donde quiera que vayas. * Debajo de tu piel, he dejado un mensaje escondido, para que si te encuentras solo y no tienes mas caricia que la tuya, que sepas que yo estoy allí siendo tu caricia. * Debajo de tu piel, he guardado un recuerdo y que no tengas que buscarme cuando me eches en falta. * Me necesitarás cuando salga el sol y no brille en tus ojos. Me necesitarás cuando vayas a dormir y descubras que ya no tienes sueño. * Me necesitarás cuando mires tus manos y veas que están vacías. * Pero si lloras porque ya no estoy contigo, mira debajo de tu piel que allí me encontrarás buscando tu sombra. *
Cuando en la madrugada te llamen mis recuerdos No me hables de ayer Ni de mañana Que no se puede vivir de los recuerdos.
El tiempo es ahora
Ven Que aquí tengo mis ojos, esperándote Con las puertas de mis fuentes abiertas, invitándote a pasar Y mis sandalias olvidadas en el suelo para que mis pies acaricien tu cintura.
Cuando la madrugada te desnude con el frío de la noche Vuelve Que yo tengo mis brasas encendidas para aliviar los temblores de tu vida Y las yemas de mis dedos gritando dolorosas por tocarte ávidas de tu sudor y tus urgencias.
Cuando en la noche te busquen mis recuerdos No vengas a buscarme Que los recuerdos son sólo y nada más que aire y humo en el vacío. Llanto aburrido en medio de la nada.
El tiempo es ahora.
Ven Que tengo mis sandalias olvidadas en el suelo Y mis pies soñando en tus orillas Mientras te pierdes por los abismos de valles y montañas Tu tiempo es ahora.
Habítalo
lunes, 7 de septiembre de 2009
TE PERCIBO
Te percibo en las entrañas de la tierra Soñando conmigo a todas horas. Entrando en las raíces de las plantas hasta encontrar el fondo y penetrarlo, por la savia, por mis venas, por mi aliento, por mis cinco sentidos.
Te percibo en el fondo de los mares, jugando a agazaparte entre la oscuridad de las aguas más profundas Procurando que lleguemos a ser peces para habitar juntos en el vientre de la ballena y amarnos allí donde nadie nos encuentre.
Te percibo en el aire, volando como pájaro perdido, en busca de la luz o esperando la madrugada que nos traerán las golondrinas.
Te percibo despacio, jugando con el fuego, bebiéndote mi aliento gustando mis licores, mientras tus manos dibujan mis orillas.
Te percibo en la lluvia que moja los campos, y reluce en las aceras. La que convierte en mágica la noche Y pinta miles de lunas en los charcos.
Te percibo sangrante en las yemas de mis dedos. En las palmas de mis manos En la lluvia de mis ojos Y en los caminos imperecederos de tu frente.
Te percibo en mis sueños, como a la eternidad.
Viajando en las estrellas. Subido a mis tacones. Cruzando los puertos que merodean mi cintura
Yo te percibo amor Como la fuente percibe al manantial Como la noche percibe a la mañana Como yo sola soy capaz de percibir Y nadie más.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Y SIN NINGUNA CAUSA
Yo estaba aquí, tu estabas allí Con el océano debatiéndose por medio Y de pronto Tu estabas aquí. Y yo estaba aquí. Los dos éramos uno El milagro fue posible.
Tu estabas allí Yo estaba aquí Y por ese milagro de la vida se abrió la sombra de las madreselvas. Salvando los abismos, las distancias Y las miles de entelequias que conseguían separarnos.
Y yo estaba allí Tu estabas allí Los dos éramos uno Durmiendo nuestra risa junto a los manantiales. Respirándonos el uno junto al otro. Confundidos Exhaustos Sin saber quién era quién Ni falta que nos hizo.
Y sin ninguna causa. Yo estaba allí, donde tú Y tu estabas aquí Dónde nadie Hablándome con la lengua de las piedras Lanzándome al vacío y a la Nada. Alejados del amparo de las madreselvas Cada cual en el otro lado del mundo.